Con San Francisco me apunto a la mera contemplación; a tener los ojos abiertos de un niño que descubre en la realidad un gran misterio, y se asombra con cualquier detalle. Visitaré en silencio la gruta de Belén y pediré a Dios que me dé unos ojos limpios para ver.
Os dejo un poema, cuyo autor no he podido encontrar, que por los visto aparecía en un librito de Adviento y Navidad de 1999. A mí me lo dieron en una convivencia, en una charla sobre el Amor de Dios. Este verano lo he repartido yo en el campamento de verano.
No es muy navideña al uso, pero sí que me sirve para tomar un poco de conciencia de lo que se cuece hoy. Y ¡cuidado con las apariencias! porque lo que solemos llamar "gusano" en realidad se refiere a un intricado complejo cladístico de miles de géneros, familias y especies. Anélidos, nematodos, platelmintos, priapúlidos... una solución evolutiva bastante ingeniosa y hermosa que se ha diversificado sobre la faz de la Tierra. ¡Un gran ejemplo de lo que es la vida! ¿no?
Locura: "El amor es como una locura" (Platón).
Si el gusanito creyera
que, por salvar al gusano
como si fuera un hermano,
gusano el hombre se hiciera.
¿Qué criatura no reiría
semejante tontería?
¿Y es que se puede creer,
sin que ya nadie se asombre,
que por salvar a los hombres
Dios un hombre llegue a ser?
En la humana gusanera
un Dios se dejó caer.
O está loco quien lo cree
o Dios es loco en primera.
Locura en verdad divina
de las que no tienen cura.
¿Quién entiende o se imagina
al Creador hecho criatura?
Es que Dios se ha trastornado
con la locura peor.
Es que Dios se ha enamorado:
una locura de amor.
Paz y bien,
D.