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30.11.15

Fernando Savater, "apologeta" de Educación para la Ciudadanía de ZP.

Acabo de leer con asombro la última columna de opinión de Fernado Saveter en ElPaís, el periódico socialista de tirada nacional más leído en España.

Vaya por delante que no me extraña encontrar en este diario una opinión tan reaccionaria como la que se vierte en contra de la asignatura de Religión, pero tenía en gran estima a este 'filósofo' de nuestro tiempo. Creo que ha aportado luz en determinados momentos de confusión en nuestro país - especialmente en el caso de la argumentación en contra del terrorismo etarra - y precisamente por eso me sorprende el desparpajo con el que desprecia el fondo del debate: ¿qué significa que el estado sea aconfesional? Y, por otro lado, ¿tiene sentido mantener los acuerdos con la Santa Sede?

Savater pretende resolver el problema diciendo claramente: "Supongamos que “aconfesional” no sea un eufemismo por “laico”, que es como lo suele entender la gente bienintencionada". Es decir, que los padres de la constitución española, aquellos que hicieron el gran esfuerzo durante la transición de tratar de poner de acuerdo a las dos españas, ¿no fueron todos bienintencionados? ¿Querían decir en realidad "laico" pero se quedaron en un eufemismo? ¿Todos ellos?

Discupe Ud., señor Savater, pero NO. Ni me lo creo ni considero que su opinión sea compartida por la mitad española más bienintencionada. Yo nací "ya en democracia", en 1977, no soy nadie y mi opinión no será compartida 10.000 veces en Facebook, pero no tiene usted razón.

Basta ya de esconder intenciones. Aquí de lo que se trata es de "quitar poder a la Iglesia" y de "ahorrarse el debate frente a las ideas cristianas", que resultan incómodas e incluso hirientes en determinados casos, negando la mayor. "Dios no existe" y, por tanto, aquellos que quieran manifestar lo contrario que lo hagan en privado (¡pobrecitos!) pero sin interferir en el debate público, ni en las instituciones ni en la educación. A la mierda con los acuerdos Iglesia-Estado y con todo aquello que vaya en contra de los intereses de este ateísmo militante.

El problema es que para que eso ocurra en España, primero deben terminar de destruir a la españa cristiana militante. No somos muchos, es verdad, pero somos y estamos en todas partes. Y, además, ¡¿qué fue de la libertad de conciencia que esgrime en contra de la religión?! ¿De verdad no se da cuenta de que predica con todo menos con el ejemplo?

No. Tampoco. No me lo creo. Es algo premeditado. Tan premeditado que la alternativa que sugiere es nada más y nada menos que la vuelta a una asignatura "de todos". Una "tan poco sospechosa" como Educación para la Ciudadanía. Sí, aquella impuesta por el gobierno de ZP a todos los españolitos y a la que objetamos más de 50.000.

Es decir, quitemos la religión católica para adoctrinar con una nueva. Es la religión del materialismo agnóstico e intrascendente. Es la filosofía del hedonismo individualista. Es la pseudociencia de la ideología de género. Es la tiranía del relativismo moral. Es la imposición de las ideas socialistas aderezadas con un liberalismo globalizado y atroz.

En definitiva, la misma guerra de siempre. La que termina quemando iglesias y profanando lo sagrado para darse cuenta, finalmente, de que no somos nadie. Y yo no quiero esa guerra otra vez, don Fernando, ni a esos ciudadanos convenientemente adiestrados.


22.10.15

Dios y el pasado

Algo me hace intuir que el argumentario ateo podría emplearse igualmente al concepto de Dios y al del tiempo pasado.

"El pasado no existe".

Y nadie podrá demostrar nunca su existencia con pruebas fehacientes.
En apariencia, viviríamos más libres y más felices si no existiera.
Los historiadores son fundamentalistas, porque la historia nunca se repite.

Falacias.

1.10.15

¿Cómo evangelizar desde la familia?

"La belleza y la alegría son las herramientas más poderosas que tenemos para evangelizar" - Cardenal O´Malley.

10.9.15

El anhelo del cielo.

El tiempo es un regalo extraordinario. Ya lo dice la epístola a los Gálatas: "Mientras tenemos tiempo, obremos el bien para con todos" (Gal 6,10). Y también lo dice mi máxima - patente pendiente - que algunos atribuyen a Benjamin Franklin y otros, con ligeras variantes, al mismísimo Bruce Lee: "Si amas la vida, economiza tu tiempo, porque de tiempo se compone la vida".

Sin embargo, ahora que ya he superado la crisis de los 40, - siempre fui muy precoz - empiezo a notar que el misterio del tiempo esconde algo más. No digo que no esté en la plenitud de la vida; en casi todos los ámbitos me pareciera que voy ganando enteros con el paso de los años. Al margen del carácter de un viejo cascarrabias, la experiencia y la madurez ayudan por lo general a afrontar los avatares de la existencia. Pero se me antoja inevitable descubrir que el paso de los días, de las horas, minutos y segundos... tiene un sentido y conduce a algo.

En determinados momentos esa sensación se hace más fuerte. Como, por ejemplo, en la eucaristía del domingo. Cuando uno toma conciencia de lo verdadero, de lo importante. Y creo que los cristianos solemos perder la perspectiva escatológica con demasiada facilidad. ¿De qué sirven nuestros esfuerzos y nuestros afanes? Si tantas veces no vemos 'resultados' efectivos, ¿para qué seguir empeñados en un camino espiritual?



Lo que necesitamos es el anhelo del cielo. Y creo que conforme nos vamos haciendo mayores el Señor nos concede la gracia de tomar conciencia de lo que nos espera. Porque vivimos en la meta-ignorancia pensando plácidamente que sabemos qué es el cielo. Y, por el contrario, nuestra imaginación no es capaz de concebir si quiera mínimamente la realidad sobrenatural: "Como está escrito: "Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman." (I Cor 2,9)

Y es que Dios nos ama tanto, que cuando lo veamos y reconozcamos en persona, tal cual es... se nos van a caer todos los palos del sombrajo, ya os lo digo yo. El gran teatro del mundo nos da muestras; tenemos indicios de su infinito Amor. Podemos y debemos profundizar en sus misterios; meditar el anonadamiento de Belén; rememorar las enseñanzas del Hijo del hombre; revivir y celebrar su entrega por nuestra salvación; o incluso tomar conciencia de que el Resucitado nos acompaña y nos asiste el Espíritu Santo. Mas, ¿acaso todo ello podrá compararse al momento en que, cara a cara, delante de cada uno de nosotros, nos pueda decir: "Venid, benditos de mi Padre"?

Quizá toda la vida sea únicamente una preparación para ese momento. Quizá su Amor consiste precisamente en prepararnos para recibir un amor aún mayor del que ahora mismo podemos alcanzar a comprender, mayor del que podemos soportar.

No es de extrañar, por tanto, que empiece a pensar que es 'normal' semejante anhelo. Porque, además, sería absurdo negar que la vida "cansa". Queremos vivir, por supuesto, pero somos humanos. Heridos por nuestras limitaciones, siempre con tendencia a caer para después levantarnos. Comenzar y recomenzar, sí. ¿Hasta cuándo? No me quedan ya abuelos, pero voy comprendiendo esa expresión castiza de "Ay, Dios mío, llévame pronto".

Tampoco se trata de renegar o de desfallecer sino de que, como decía San Pablo, hay que 'alcanzar la meta'. Llegar al final tras haber recorrido toda la carrera y sabiendo que el Señor nos llamará precisamente a nuestra hora, ni un minuto antes ni uno después.

Conviene, en todo caso, ir pensando en lo que nos espera. ¿O acaso cuando estábamos enamorados no pensábamos en cómo sería nuestra vida de casados? Quizá no acertamos en muchas de nuestras ensoñaciones, pero el amor siempre quiere más. Además, tenemos algunas informaciones y representaciones bíblicas; no es mucho, pero quien más quien menos tiene una idea de lo que será la vida eterna.

Lo primero a destacar es el Juicio Final. Sabemos que tras el fin del mundo, antes de gozar plenamente del paraíso, habrá un evento extraordinario al que estamos todos invitados: la Parusía. Nuestro Señor Jesucristo en persona, resucitado de entre los muertos, Dios de Dios y Luz de Luz, vendrá nuevamente 'al mundo' para juzgar a vivos y muertos (o sea, a todos). Curiosamente, las representaciones de la venida suelen ser etéreas. Ciertamente Él dijo: "Y veréis al hijo del hombre sentado a la derecha del Padre venir sobre las nubes del cielo". (Mt 26, 64). Bueno, pues ya tenemos un dato: 'el día será nublado'. XD

No. En serio. Como en toda imagen hemos de suponer que es una manera de decir que tal y como subió a los cielos en la ascensión, bajará nuevamente sobre la Tierra, aunque probablemente a la vista de todos. Son efectos especiales que están únicamente al alcance de Dios.

El caso es que nos reuniremos todos. El Apocalipsis habla de los 144.000, de todas las tribus de Israel. Debía ser un número muy alto para los israelitas de la época. En nuestro siglo XXI, es el tamaño de una población bastante medianita. No se nos escapa que son 12 x 12 x 1.000 - otro simbolismo. "Muchos". Recuerdo que una de las cosas más impresionantes de la experiencia de la JMJ de Madrid en 2011 fue compartir la explanada de Cuatro Vientos con 2.000.000 de personas, según las cifras que dieron en los medios. Sin duda la mayor muchedumbre que veré hasta que llegue el Día D. Un mar de gentes, todas reunidas para presenciar la venida de ese Alguien.

¿Qué sentimientos tendremos entonces? ¿Sabremos enseguida si estamos "a la derecha o a la izquierda"? Me imagino a gente desesperada discutiendo sobre ello: "No, a su derecha, a su derecha... ¡hay que ponerse a SU derecha!". :)

No me extraña que las altas instancias hayan inventado el Purgatorio. ¿Quién puede estar preparado para afrontar el Juicio con garantías? En el fondo, todos los cristianos confiamos en las promesas de nuestro Señor. Sabemos de quién nos hemos fiado. "El que come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene ya la vida eterna". Pero hasta que no oigamos de boca del Santísimo aquel "Venid, a mí" no las tendremos todas con nosotros.

Entonces sí. Será la mayor alegría de nuestra Vida. Será como cuando aprobamos el último examen de nuestra carrera, ese que nos daba derecho al título. ¡Cómo somos los humanos! No nos damos cuenta de que ya tenemos el mayor título de todos, el de ser hijos de Dios. ¿Y acaso nos dejará abandonados en el infierno? Por eso lo más importante en tener algo de fe - aunque sea un poquita - y no renegar del Espíritu; no querer voluntariamente apartarnos de Dios. No convertirnos en un nuevo Satanás.

En fin. Sea como sea llegará el momento de la gran fiesta. Imagínate. ¿Cuántos años estaremos bailando o comiendo de balde? ¿Tendremos conciencia del tiempo o será directamente "siempre así y ya está"? No sabemos qué nos espera, pero todavía podemos profundizar un poco más en los detalles que sí conocemos. Y os invito a hacerlo con frecuencia, porque no es malo reconfortarse con el premio que merecen tantos de nuestros esfuerzos y sufrimientos.

Por ejemplo, Jesús nos habló de las 'estancias' o 'moradas' que nos tendrá preparadas. Podríamos pensar que vamos a sentirnos "como en casa". Incluso diría que o cambiamos mucho o necesitaremos incluso algo de 'intimidad y privacidad', aunque no sé si esto último será teológicamente correcto. Sí que sé que para 'sentirme yo', para 'ser yo' necesitaría una cama cómoda (o similar). No obstante, algo ha de cambiar y quizá dejemos de ser yo-mortales para ser verdaderos "yo". Esta parte de la historia es la que más me cuesta, sin duda. Sabemos por la increpancia de los saduceos (que no creían en la resurrección) que en el Cielo ya no nos casaremos ni estaremos casados. Seremos "yo"- todos - Dios. Literalmente "como ángeles de Dios en el cielo".

Sin necesidad de reproducción quizá - probablemente - ya no habrá más sexo. Una pena. Pero es algo bastante claro y debería hacernos valorar mucho este aspecto que ahora sí que tenemos a nuestro alcance en la vida terrena. De las tres funciones de la sexualidad (diferenciación, lenguaje de amor y transmisión de la vida) la única que a ciencia cierta se conservará será la primera. Y lo sabemos porque la Virgen María es la única que ya goza del cielo... y sigue siendo una mujer.

¿Y el lenguaje de amor? Seguramente sea la piedra de toque de la vida eterna. No sólo descansaremos y dejaremos los problemas atrás, sino que seremos verdaderamente felices en la presencia de Dios. Y resulta que lo que da la auténtica felicidad es el hecho de amar y saberse amados. Por tanto, en el cielo sentiremos amor, mucho amor. Y seremos capaces de amar - habremos aprendido al fin - y responderemos al Amor con buen rollito permanentemente. ¿Cómo? ¡Uf! Pues otro gran misterio.

Me gusta pensar que en el encuentro con el Maestro y con la Madre habrá cariño humano. ¿Nos seguirá amando Dios 'en la distancia física' o nos dará un pedazo de abrazo como el del Padre al hijo pródigo? ¿Qué vamos a sentir cuando el mismo Dios nos dé un abrazo y un beso? ¿O cuando veamos cara a cara la belleza de la hermosísima Virgen María? Entonces nos acordaremos de las letanías del santo rosario y de los piropos que le hemos repetido tantas veces.
¿Quién se imagina dando un paseo con Jesús por el paraíso o tomando un café? Así, sencillamente,... como amigos. Porque tiempo vamos a tener de sobra, y si ahora en la Tierra tenemos ya una relación personal pues no me imagino a Dios en su despacho otorgando audiencias y dando citas para toda la eternidad. Otra vez el misterio de un dios todopoderoso.

Bromeo de vez en cuando últimamente con la idea de que necesito aprender latín para cuando estemos en el cielo. Supongo que será la 'lengua oficial', jeje... ¿qué mejor que una lengua muerta resucitada? Aunque evidentemente el idioma no debería ser un problema. En el fondo, al margen de la comunicación, se trata de algo esencial. ¿Seguirá habiendo un 'tiempo' como el que ahora vivimos? ¿Nos relacionaremos entre nosotros del mismo modo? ¿Cómo afectará la relación con Dios, con el Viviente, a las relaciones entre los hermanos? ¿Y qué pasa con los ángeles?

En el libro "El cielo es real" del niño de cuatro años que - supuestamente - estuvo de visita en el paraíso se sugiere la posibilidad de que los adultos del cielo, además de tener alas y túnicas de diferentes colores [...], nos convirtamos en una especie de ejército a las órdenes del arcángel San Miguel. Pensándolo fríamente... ¡molaría! Darle un poco de emoción a la existencia eterna, sabiendo que ya no podremos morir y que el bien siempre triunfará sobre el mal. Lo importante, de cualquier modo, es que quizá haya alguna sorpresa. Al fin y al cabo, seguiremos estando vivos.. y la vida se trata también de emoción.

Por supuesto, tengo que hacer mención a un 'entretenimiento' predilecto en las escrituras, noble, perfectamente transportable a las alturas, tanto que ya se practica de forma cotidiana allí: la música. No en vano creemos que cada vez que cantamos el Santo en la misa nos unimos a los coros de los ángeles. ¿Os imagináis las posibilidades? Espero que las habilidades musicales no solo se conserven sino que puedan seguir mejorándose y disfrutándose por los siglos de los siglos. :D

Y aún queda un último punto que resulta inquietante. La parábola del rico Epulón nos deja claro que no habrá medias tintas, y que el abismo entre cielo e infierno será total y definitivamente insalvable. Aquellos que tras el Juicio queden fuera de la presencia de Dios no podrán ya hacer méritos, lo cual nos devuelve a la importancia de la primera idea: "Mientras tenemos tiempo, hagamos el bien".
¿Pero qué ocurre con las personas que apreciamos, que queremos mucho incluso, y que no siguen un camino que parezca conducir a la salvación? ¿Tendrá Dios misericordia de todos haciendo tábula rasa, incluso incumpliendo sus 'amenazas'? ¿No sería entonces un dios injusto? ¿Acaso puede Dios dejar de ser fiel a sí mismo?

En consecuencia, tendríamos que decir que la alegría de reunirnos con nuestros seres queridos en el cielo no debería verse empañada por la tristeza de los ausentes. Por eso es tan importante rezar por los alejados; yo pido mucho por la fe de quienes me importan - quizá incluso de un modo algo egoísta - porque no me imagino estar en el cielo sin poder compartirlo con mis hijos, por ejemplo. ¿Puede ser la felicidad completa y al mismo tiempo excluyente? Sin duda, otro misterio.

Pienso que esta última reflexión no debe menos que encender nuestro celo apostólico. Sentirnos llamados a la misión, a la corresponsabilidad en la salvación de nuestros hermanos. Si tenemos la mirada puesta en la vida eterna, en el "mirador de la muerte" del que hablaba Pablo Domínguez, todo encontrará su lugar y podremos tener conversaciones, celebraciones, encuentros y ocupaciones que de verdad valgan la pena.

Y, finalmente, como tenemos por seguro que algún día faltaremos, mejor estar preparados y no olvidar que la hermana muerte es una gran amiga y aliada, que nos ayuda sencillamente a pasar de esta hermosa vida a una todavía mejor y más fascinante. ¡Que así sea!

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Os dejo una canción que debe ser de las más hermosas entre aquellas que transmiten este anhelo del cielo. ¡Ay, si fuera la banda sonora de nuestra vida!


Música: "Cara a cara" - Marcos Vidal.

18.8.15

Don Juan Cascos ::: semblante de un sacerdote amable.

Ha sido hace muy poco tiempo, al escribir mi especial relación con el nombre de JUAN, cuando me he dado cuenta de la gran importancia que ha tenido para mi vida la persona de don Juan Cascos. No en vano, fue gracias a que en la parroquia de San Juan Bautista y María Auxiliadora de Mérida existían grupos de jóvenes que continuaban su formación cristiana una vez confirmados que conocí a mi mujer y madre de mis hijos, Gema Cascos - la "sobrina del cura".

De siempre se ha dicho que "Dios los cría y ellos se juntan", y en nuestro caso desde luego que fue así. Al fin y al cabo yo también era 'sobrino de cura'. Estoy hablando de hace más de 20 años porque nos conocimos el 30 de octubre de 1992... pero esa es otra historia. El caso es que a don Juan yo no lo conocía previamente. Nos encontramos justo una semana antes, tras seguir el consejo de mis padres (que evidentemente sí tenían cierta relación con él) y acudir junto a mi hermano JuanRa a la primera sesión de 'catequesis' del curso 1992/3. Mi padre (Ramón Muñoz) había coincidido con don Juan en el seminario diocesano San Atón de Badajoz. Cuando la abuela de Gema  - madre de don Juan - se enteró de que había dos hermanos nuevos en el grupo enseguida dijo: "Mira que bien, uno para ti y otro para tu hermana". Cosas de la vida. XD

Pero si importante ha sido don Juan Cascos para mi vida humana, mucho más quizá haya sido para la espiritual (esto es, mi VIDA con mayúsculas). Porque en aquel ya lejano 1992, cuando le conocí, era yo justo un adolescente de 15 años recién cumplidos, con una fe hilvanada y en claro riesgo socio-cultural. Un alma pecaminosa (como todas en este mundo, ni más ni menos) necesitada de cuidado y de atención pastoral.

Y es momento, querido lector, ya que has llegado hasta aquí, de explicar el título de esta entrada y justificar semejante introducción. Efectivamente, pienso escribir acerca de este 'cura párroco' que, casualmente, es el tio-abuelo de mis hijos. ¿El motivo? Simple. Porque una vez leí el poema "En vida hermano, en vida" de Ana María Rabatté y me convenció absolutamente:

"No esperes a que se muera

la gente para quererla

y hacerle sentir tu afecto

en vida, hermano, en vida…".

¿Por qué esperar a que a alguien muera para decir "qué bueno era"? ¿Por recelo o respetos humanos? ¿Para evitar suspicacias o envidias? ¿Acaso serán más ciertas las afirmaciones cuando el difunto no pueda corregirlas o rebatirlas?
Por tanto, las cosas hay que decirlas EN VIVO mejor que en los velatorios y en los funerales, especialmente cuando merecen ser contadas. Y creo que así es en este caso.

¿Y esos párrafos iniciales entonces, maestro? Pues, sinceramente, eran sólo para despistar. :D
Espero que los lectores que hayan continuado hasta este punto sean ya aquellos que van a recibir mis palabras con un corazón abierto y generoso, probablemente cercano a este hombre y dispuesto a un reconocimiento que habrá vivido de primera mano.

DON JUAN CASCOS (biopic).

Don Juan Cascos González nació en Campanario en un caluroso 2 de agosto de 1948 [y digo caluroso porque estamos en Extremadura, no porque tenga el dato meteorológico]. Hijo de Diego Cascos, "Diego Mamita" y María González, "María la de la Romera". De su infancia conozco muy poco, al margen de algunas anécdotas sobre su vida familiar en la sierra. Sin duda era otro mundo, alejado de las comodidades de hoy en día y en tiempos de finales de la postguerra. Al parecer, según cuentan, además de muy buen estudiante era bastante 'miedosete': cuando oscurecía y se hacía noche cerrada en mitad de la serranía extremeña él quedaba como reponsable de madre y de sus dos hermanos, Jacinto Manuel y la pequeña María. Demasiado para un zagal de 14 años...

A menudo explica cómo aprendían a recitar el catecismo de memoria, así como algunas de las "explicaciones teológicas" que se le quedaron grabadas en su infancia y que ahora repite a los más pequeños, como aquella de: "En el crucifijo se le ve pero no está; en el pan está pero no se le ve".

Apenas contaba con trece años cuando el Señor le llamó, lo cual es una manera de decir que enseguida tuvo clara su vocación sacerdotal. Sin duda debió conocer y apreciar a algún cura santo, que le sirviera de modelo y ejemplo. Me suena que en alguna ocasión haya mencionado a un padre... Murillo (?); pero mi mala memoria no da para tanto. Podéis preguntarle a él directamente.

Fue al seminario, no sin el esfuerzo que suponía por entonces, siendo obispo don José María Alcaráz y Alenda. Eran tiempos de renovación en la Iglesia y de mucho 'movimiento interno' suscitado por el Concilio Vaticano II y sus interpretaciones; que no pocas veces condujeron a división de opiniones. ¡Lejos de mí juzgar aquellas corrientes y sus consecuencias! Pero lo objetivo que se puede decir es que sus compañeros de promoción han corrido suertes dispares en lo eclesial, con no pocas secularizaciones y fracasos. De los profesores del seminario - según el número de menciones - guarda especial cariño a don Miguel Ponce, teólogo y escritor que - en opinión de su alumno - posee una mente 'de altura extraordinaria' y que le transmitió una gran pasión por la Teología Cristocéntrica.

Ordenado sacerdote por don Doroteo Fernández y Fernández (debió ser según mis cálculos el 9 de junio de 1974) había comenzado sus actividades pastorales en la diócesis de Getafe, a donde se habían trasladado en busca de trabajo. La verdad es que esa parte de la historia se me escapa, pero sí sé que tras la ordenación le dieron como destino diocesano la parroquia de "El Calvario" de Mérida (no sé si como párroco coadjutor), además de ocupar plaza como profesor de Religión en el que hoy es el Instituto Santa Eulalia; vivió durante un tiempo con su abuela Inés hasta que sus padres  se vinieron a vivir definitivamente a esta ciudad. Por cierto, que tras unos años compraron un terreno cercano debido a la gran añoranza de "la sierra".  Habla con afecto entrañable de aquellos años y de su paso por esta comunidad eclesial de Cristo Rey como cura joven.

Mérida en los 70 era una ciudad en crecimiento debido al éxodo rural y surgieron dos nuevas barriadas que necesitaban atención pastoral. En marzo de 1984 se fundó una nueva parroquia en una nave industrial de la Calle Santa Ramona - algo que era "provisional" y dura una treintena de años - que tomó nombre de ambos barrios: el de San Juan y el de María Auxiliadora. Su primer párroco fue el querido sacerdote don Antonio Paniagua.

Poco después, el obispo don Antonio Montero le destinó allí y el 28 de agosto de 1988 [y este dato lo he tenido que pedir] tomó posesión como sacerdote.

Y desde entonces hasta fecha de hoy (agosto de 2015) ha seguido siendo cura párroco de SJBMA; una situación excepcional. Los motivos por los que el mismo sacerdote ha permanecido durante tanto tiempo en el mismo destino no pueden ser únicos ni fáciles de explicar; pero el caso es que la Providencia ha querido que así sea, y ¿quiénes somos los demás para pedir explicaciones a la Divina Providencia? :D

CUIDADO PASTORAL.

Lo que sí podemos hacer es explicar a qué se ha dedicado este cura entrañable durante más de treinta años de atención pastoral a una parroquia emeritense que, si fuera de ámbito administrativo, podríamos calificar sin miedo "de difícil desempeño".

Cuando un sacerdote se pone 'manos a la obra' sigue un guión, independientemente de si lo ha escrito previamente o lo va construyendo en el día a día de su labor pastoral. En el caso que nos ocupa, creo que no me equivoco mucho si digo que el "programa sacerdotal" de don Juan se apoya firmemente en tres puntos: (1) vida interior, (2) necesidad de formación y (3) hacer de la parroquia una auténtica comunidad, una gran familia.

Aún a riesgo de resultar simplista, voy a intentar explicar el porqué este "plan" considero que resume bien la acción de este cura párroco.


I- Vida interior, vida de fe y fidelidad.

Para don Juan el cristianismo carece de sentido si no es auténtico. Para ello es necesario, en  primer lugar, la fe. Fe que no es nuestra, sino don de Dios. Pero para que la fe crezca hay que "ponerse a tiro". Presentar las almas y ponerlas frente al Creador. Es decir, hay que propiciar una experiencia fuerte de Dios que edifique la fe en la revelación; para decir "creo en tí, Señor" hay que experimentarlo en lo más profundo del corazón.  Más tarde, con los medios adecuados se puede perseverar en la fe, esto es, ser fieles a la fe recibida.
¿Cómo se hace eso? Pues es algo tan fácil o tan difícil como seguir las indicaciones de Jesucristo. Por eso las Sagradas Escrituras, la oración y la devoción eucarística son esenciales.

La EUCARISTÍA y la adoración eucarística son el centro de la vida interior, el centro de la vida cristiana y de la comunidad. ¿Cuántas veces nos ha repetido la exclamación de los primeros cristianos de Cartago al ser amonestados por reunirse el domingo: "¡Acaso pensáis que podemos vivir sin celebrar los misterios de nuestra fe!"?
En la eucaristía, que es a la vez oración, encuentro y actualización del sacrificio redentor de Cristo, reside la fuerza del cristiano. De la gracia eucarística recibida emanan las energías para la posterior acción pastoral  (y no al revés). "No hay ninguna otra cosa más importante que podamos hacer en este mundo que celebrar la misa".

Cuando hay dos celebraciones en días de precepto seguidos nos recuerda: "No somos nosotros los que hacemos un favor a Dios por acudir al templo, sino que debemos estarle agradecidos por amarnos y tener paciencia con nosotros, día tras día, día tras día...".
La presencia de Jesucristo en las especies sacramentadas no es simbólica ni "testimonial". El mismo Jesús se hace presente entre nosotros, aunque no lo veamos 'tal cual es'. ¡Y esto es muy grande!
Por eso en el momento de la consagración hay que ponerse de rodillas (impedimentos graves y de salud eximen, lógicamente, aunque no de "arrodillarse con el corazón" ante la Magnanimidad de nuestro Dios). ¡Ay la humildad, esa gran virtud! "Reconocerse creatura".
Por eso, además, se nota el especial cuidado de la liturgia en cada detalle. Detalles que en no pocas ocasiones han venido directamente importados desde el Vaticano (comunión de rodillas, velita en la consagración, crucifijo orientado en el mismo sentido del pueblo, etc.etc.).
En petit comité nos cuenta que cuando era seminarista se hizo un firme propósito: esforzarse por vocalizar muy bien en cada eucaristía que celebrara, sin cansarse nunca de poner toda intención en las palabras y en la dicción. Supongo que tendría algún origen esta buena idea, porque todos hemos sufrido alguna vez el trago de vivir una eucaristía en la que al sacerdote casi ni se le entiende... y es un suplicio realmente incómodo.

Evidentemente, junto al sacramento del altar se sitúan el resto (sin duda, una de las características "sanjuanistas" - si se me permite el título - es la catolicidad). Porque todos los sacramentos son signos sensibles de la presencia de Dios, cada uno en su grado y circunstancia. De todos ellos, quizá por el interés cotidiano, don Juan suele insistirnos en el sacramento de la Reconciliación. Confesar frecuentemente. Para recibir las gracias propias de la confesión pero también para intentar siempre comulgar en gracia de Dios.  "Nunca somos dignos de recibir al Señor, pero al menos... una duchita de vez en cuando". En esto, igual que en cuanto al rezo del Rosario, coincide mucho con la espiritualidad del Apostolado de la Oración y con las recomendaciones de la Virgen de Fátima.

Casi como si de un 'octavo sacramento' se tratara [esto lo digo yo, que quede claro] habla de lo interesante que es la dirección espiritual. "Es parte del secreto" de la vida cristiana en el siglo XXI. Y es que es verdad que 'tenemos tiempo para todo', para las cosas más inverosímiles... excepto para Dios. Y charlar una vez al mes sobre cómo está mi vida interior, cómo estoy respondiendo a mi vocación, a lo que Dios me pide... es algo que ciertamente ayuda mucho a no caer en la tibieza, a "no perder la fuerza del primer amor".


Éste es quizá el secreto de toda la vida cristiana. Que tras el encuentro con el Señor nos queda un largo camino por recorrer, y necesitamos alimentarlos y reponer fuerzas constantemente. "Comenzar y recomenzar". No cansarse nunca de volver a levantarnos, por muy bajo que hayamos caído.
Mención especial tengo que hacer a los campamentos de jóvenes (y posteriormente de familias) que durante muchísimos años hemos hecho en Gredos y Villamiel, así como las convivencias y retiros de todo tipo en la casa de ejercicios de Villagonzalo. Son momentos "de Betania y de Tabor"; durante sus años en el Instituto (hasta el curso 1998/99) invitó a cientos de jóvenes y aunque los años le van pesando por las incomodidades propias de estos eventos... don Juan siempre nos ha acompañado para que no anduviéramos huérfanos sin Jesús-Eucaristía. :D


Consecuencia de la vida interior: la disponibilidad. El "estar ahí para lo que haga falta", poniendo nuestros talentos al servicio de la comunidad creo que es lo que más valora don Juan en los laicos (y en todos). No las "flojeras" o los "hoy sí, pero mañana no". Autenticidad, disponibilidad, fidelidad. Y así hasta que podamos decir con San Pablo "he corrido mi carrera, he alcanzado la meta".

De la disponibilidad surgen los compromisos, y de los compromisos las acciones. Recuerdo cómo nos animó a hablar de "todo en lo que estamos metidos" en la última visita pastoral de nuestro arzobispo Santiago: catequesis de jóvenes, organización de campamentos, cursos prematrimoniales, asociaciones de padres e implicación en los colegios, enseñanza de métodos naturales, medios de comunicación, pastoral diocesana, coros, compromiso asistencial, etc. aparte de la actividad profesional de cada uno. ¡Frutos todos de la vida interior de la comunidad!

II- Necesidad de Formación.

Decía antes que don Juan se crió en un ambiente rural de la postguerra. Casi se podría decir que "en la España profunda del nacionalcatolicismo". Sin duda entonces la fe era de otra manera. Pero cincuenta años después las cosas han cambiado tanto... que parece que los cristianos ya no podemos llamarnos así sin dar razón de nuestra fe. ¡Es tan fácil caer en las garras del relativismo y en el maremagnum de informaciones y opiniones contradictorias! ¡Y esto ocurre, a veces, incluso dentro de la Iglesia! No en lo esencial, quizá...o quizá sí, a tenor de lo expuesto más arriba. Baste mencionar las corrientes de 'presencia simbólica del nazareno en las rosquillas' que hemos visto bien cerca.

¡Hay que tener las ideas muy claras en cuanto a las cuestiones de fe! Y para alcanzar ese objetivo don Juan siempre ha tenido claro que hay que dar formación a todos los niveles: humana, espiritual, doctrinal, teológica, bíblica, litúrgica...
Este y no otro supongo que es el motivo por el que, además de las catequesis a todos los niveles, los grupos de formación cristiana son tan importantes en nuestra parroquia. Son un medio excelente para los jóvenes, para los matrimonios, para los adultos. Son enganche y vivencia cotidiana de la fe, pero 'a la chita callando' van logrando que sus participantes adquiramos muchos conocimientos importantes. Importantes porque nos ayudan a vivir de forma más coherente nuestra fe; no se trata de "acumular saberes vacíos", sino de lo que aporta la formación a la vivencia posterior. Integridad.
Es una formación cristocéntrica, razonada, humana y espiritual. No quiero extenderme mucho, pero me pregunto, por ejemplo, ¿cuántas veces habré escuchado la expresión "somos seres contingentes" de boca de don Juan hablando de Filosofía? ¿Cuántas veces habrá repetido que "los textos hay que entenderlos en su contexto" al tratar cualquier lectura bíblica? ¿Cuántas que "fe y razón no son incompatibles sino que se complementan"?

En definitiva, una formación intensa y adecuada a cada alma. Y es importante recalcar que una de las causas (y a la vez consecuencia) de este interés por la formación es la exquisita fidelidad al Magisterio de la Iglesia. Las fuentes de las ideas claras son claras: tradición y Sagradas Escrituras. El Catecismo de la Iglesia Católica y el Código de Derecho Canónico podemos decir que son 'libros de cabecera' junto a la Biblia. Porque si no... en fin, ya sabemos cómo terminó Lutero (que leía mucho la Biblia).


Me permito hacer una parada en este punto para destacar la importancia de la Pastoral Familiar. Y es que esta muy relacionada con los grupos de matrimonios y con lo que viene a continuación.
Diría, sin mucho miedo a equivocarme, que don Juan se desgasta en el acompañamiento a grupos de matrimonios. Actualmente creo que somos 8 grupos, a una media de 5 matrimonios por grupo, lo cual da un total de 40 esposos parroquianos sanjuanistas los que nos reunimos mensualmente.

No sé si son muchos o pocos [tal y como están las cosas diría que casi equivalemos a un "movimiento de renovación" a nivel diocesano] pero lo esencial es que el futuro de la sociedad se juega en familia. No hemos sumado nunca, creo, pero a-una-media-de-tres-muchachos los 8x5 se convierten en un total de 160 fieles, sin contar a los abuelos ni a los solteritos y solteritas de oro.

Reunirse mensualmente con ocho grupos supone comprometer ocho de los diez viernes-sábados que tiene el mes. Solemos tener las reuniones por la noche, así que no es de extrañar que nuestro querido sacerdote pida fruta en los postres. ¡Si comiera saltándose la dieta con la misma alegría que nosotros sufriría ya dos o tres factores de riesgo para la salud importantes!

Dentro de la Pastoral Familiar se incluye también la tarea de los cursos prematrimoniales. Se hace difícil - os podéis imaginar - atender a los novios del siglo XXI siendo fieles a la doctrina y hablando de la vida interior.
Personalmente me toca muy de cerca, puesto que fue precisamente debido a los Métodos de Reconocimiento de la Fertilidad que don Juan contactó con mis padres (Ramón y Nieves), que formaron a un grupito de parejas como monitores en torno a 1990 y fundaron las Asociación ConNafer.
Y es que el tema de la paternidad responsable también es crucial para la formación de los matriomios cristianos porque pone las cosas en su sitio. Así, al final todo está relacionado: fe, formación, tener ideas claras, vida coherente.

Coherencia de vida, otro de los conceptos clave que nos ha transmitido don Juan. Cada uno según su vocación: matrimonial, sacerdotal o a la vida consagrada. ¡Y qué bien nos iría si cada uno se comportase siempre según su estado y tuviera como objetivo ser fiel a su vocación con humildad, en el seno de la Iglesia!


III - La Parroquia como una comunidad viva.

El tercer aspecto clave de este mi particular diagnóstico es la parroquia, que don Juan entiende algo así como "el centro neurálgico de la vida de la Iglesia". La parroquia es la forma natural de organización de la comunidad cristiana, reunida en torno a su Señor. Por supuesto que hay más realidades: la diocesana, la universal. Pero hay que evitar el riesgo real de 'distraerse' con reuniones y más reuniones... encuentros, puestas en común... que vienen bien pero no pueden sustituir a lo esencial.

La PARROQUIA ha de ser una gran familia en la que todos se conocen y se quieren; en la que estamos atentos a las necesidades de los demás. La parroquia que celebra y reza unida, permanece unida. Por eso los fieles deben acudir a la celebración dominical a su parroquia, y no "a la que me viene bien por tal o cual motivo". En fin.

Anoto que, en nuestro caso, la parroquia es algo más que una cuestión de proximidad. No todos los fieles somos habitantes del barrio, pero el motivo es que siempre ha sido una parroquia abierta. Don Juan estuvo muchos años como profesor de Religión en el instituto, muchos jóvenes pasamos por grupos y campamentos... y los vínculos espirituales en el siglo XXI son mucho más importanes que los certificados de empadronamiento. Por eso yo venía desde Don Álvaro al grupo, ¿verdad? Pues eso.

Recuerdo que mi padre me decía: "Don Juan tiene muchas ganas de construir una iglesia nueva y más grande... pero casi mejor que no. O si lo consigue espero que no pierda ese ambiente sano de 'comunidad en la que todos se conocen'. Casi es mejor que se quede como está". Las inundaciones del Albarregas impidieron que saliera adelante el proyecto de construcción del nuevo templo, pero años después logró recuperar la Ermita de Nuestra Señora de la Antigua para el culto cristiano (algo que le hace estar orgulloso - aunque decirlo sea políticamente incorrecto - y con razón).

"Nuestro modelo tienen que ser las primeras comunidades cristianas: se reunían en torno a los apóstoles para celebrar los misterios de nuestra fe y todo lo tenían en común".

Esto me lleva a la cuesión nada baladí de la gestión patrimonial. Otro éxito que parte de una gran austeridad personal del sacerdote (¿habéis visto en qué "cochazo" va?) y pasa por las decisiones colegiadas del Consejo de Pastoral y la comisión económica con respecto a las inversiones. Y, por supuesto, una labor de concienciación para el sostenimiento económico de la Iglesia por parte de los fieles de la comunidad. Cuando la parroquia ES de todos, es mucho más fácil que los miembros aportemos fondo para sus necesidades. Es como quien gasta algo en su propia casa.

También entiendo dentro de esta idea de comunidad eclesial la importancia que le concede a la pastoral vocacional. Que no consiste sólo en leer todos los domingos la preciosa Oración por las vocaciones sacerdotales que difundiera nuestro arzobispo, sino en estar atentos 24 horas a la posible llamada del Señor a alguno de nuestros hijos. Ahí está la "escuela de monaguillos", que se turnan para asistir, o los nuevos proyectos con el seminario.

En todo caso, la vocación sacerdotal se inserta dentro de la vocación a la santidad, una idea tomada de San Juan Pablo II y de San Josemaría Escribá que repite con insistencia: Cada uno debe ser santo en su estado, en su profesión, en su familia.

No quiero dejar de mencionar la labor de Cáritas y las visitas a los enfermos. La atención a los más necesitados incluye un paquete de "abierto las 24 horas" para mucha gente. Una labor quizá menos visible pero igualmente importante que hable de la riqueza 'de dentro hacia afuera' de la comunidad.

UN CURA 'AMABLE'.

Muchas otras cosas, querido lector, podrían decirse de don Juan Cascos. Pero tras 22 años de convivencia el mejor resumen que puedo hacer es este: es un cura bueno.
Quizá su carácter innato le ayuda, quizá lo ha forjado con el paso de los años. Posee cualidades tremendamente útiles para un sacerdote moderno: mucha mano izquierda, prudencia, discreción, amabilidad y oratoria (entre otras).
Quizá simplemente es un sacerdote sin más, enamorado de Jesucristo y que intenta cumplir su misión lo mejor que Dios le da a entender. Pero el resultado es excepcional: estar donde tiene que estar; vestir como tiene que vestir; comportarse según su condición y estado. Es un cura amable y reconocible como tal y, en consecuencia, resulta muy cercano.

Nos cuenta alguna anécdota sobre el momento en que tramita expedientes a alejados de la Iglesia (que al menos se irá pensando que les han tratado bien) o gente que acude a él "de rebote" tras ser despachado en otros ruedos. Incluso gente que viene a decirle "Pues Fulanito me ha dicho que no, que eso no es pecado". Y entonces contesta: "Pues si Fulanito te lo ha dicho ya está, que no pasa nada... ¿por qué vuelves a venir a mí? ¿no será que tu conciencia te dice otra cosa en consonancia con el Magisterio de la Iglesia?". ¡Qué cosas!

Y si hay alguien que no conozca a don Juan imagino que puede llevarse una correcta impresión sobre quién es en un funeral. Lo digo porque al ser próxima la parroquia al tanatorio de Mérida (y también debido a su disponibilidad) don Juan suele oficiar muchos funerales. En ocasiones me he visto asistiendo a uno de ellos y pienso: "Esta gente no lo conoce, pero puede ver con qué cariño y cercanía trata a los familiares, y a todos".

Se predica con el ejemplo. Don Juan trasmite la sensación de estar cerca del Señor, de una vida interior potente.

En definitiva: una gran persona. Una vocación fuerte, ideas claras y trabajo... mucho trabajo.
Un hombre que en su día descubrió "el gozo de ser elegido y ungido" para el sacerdocio y que lucha por ser fiel a la llamada de su Señor. Un cura que es feliz, porque eso se ve, se palpa y se nota.
Ahora que don Celso - nuestro nuevo arzobispo - ha dicho que una de sus prioridades va a ser el cuidado de los sacerdotes, espero que le ayude a tener un último 'stint' de ministerio sacerdotal que le permita seguir ganándose el Cielo con cierta tranquilidad.


Mientras tanto yo doy gracias a Dios por habernos dado a este pastor, según su Corazón, y por haberme permitido junto a mi familia compartir tantos años de buenas experiencias, momentos inolvidables, afecto mutuo y camino hacia el horizonte de la Salvación.
¡MUCHAS GRACIAS, don JUAN, por su entrega al Señor y por su fidelidad!

Y, como dice la oración, que el Señor "nos conceda sacerdotes santos".

Paz y bien,

Daniel Muñoz.
18 de agosto de 2015.























12.8.15

Se llamaba Juan - De juanes en mi vida.


Mi abuelo materno se llamaba Juan. Aunque murió repentinamente cuando yo era muy pequeño, su presencia quedó grabada en mi primer recuerdo, ese que se pierde entre el límite difuso de la conciencia y el sueño de la propia existencia. Pero el caso es que se llamaba Juan. Y según la accesible Wikipedia, este nombre procede del hebreo יוחנן (Yôḥānnān), que quiere decir 'El fiel a Dios'. De esto me acabo de enterar, ¡vaya casualidades de la vida!

Porque el caso es que hace unos meses me dí cuenta de a lo largo de mi vida habían ido apareciendo diversos "juanes", sin los cuales mi historia no sería la misma. El primero, por supuesto, el abuelo Juan, con quien comparto un cuarto de la información genética y una familia estupenda (Juan Carlos, Juan Ramón...). Pero tras él vinieron otros.

La parroquia en la que desperté fue la de San Juan Macías en Badajoz. No fui bautizado allí sino en de La Concepción, pero recuerdo perfectamente ser un enano y arrastrarme por los bancos, junto a mi hermano Juan-Ra jugando con algún cochecito; también las primeras catequesis (aunque no sé si fueron primero las que recibí en el colegio El Tomillar).

A mi llegada a Mérida por el traslado laboral de mi padre destacaron en mi educación dos profesores: don Juan Morales y, especialmente quizá, don Juan Bonilla. Ambos fantásticos maestros del colegio Octavio Augusto. De don Juan Morales adquirí un increíblemente amplio repertorio de refranes y dichos populares. No porque los enseñara, sino porque los decía. Don Juan Bonilla, aún siendo un hombre severo en ocasiones (hasta le hicimos un rap), me transmitió muchas cosas como, por ejemplo, que cada cosa tiene tu tiempo, junto a la importancia del cumplimiento del deber.
Evidentemente hubo otros profesores que influyeron en mi educación (Antonio Torres, Fernando Molina, Santiago Aragón o Manolo Acedo, por nombrar un quadrivium importante), pero en la decisiva etapa de primaria fueron dos juanes los que lo hicieron poderosamente.

Pero el punto de giro crítico de mi relato vital fue el envío y aterrizaje - tras recibir el sacramento de la confirmación  - a una nueva parroquia en la que 'existía un grupo de jóvenes cristianos': la de San Juan Bautista y María Auxiliadora.
Fue aquella una época fuerte en vivencias, con quince años y en plena adolescencia, en la que encontré dos elementos cruciales: la fe y a la persona amada. En ambos casos hubo un punto de enlace, accidental, en la figura de don Juan Cascos, un sacerdote tan importante para mí que merece un post aparte.

Pero el caso es que desde aquel grupo de formación, con experiencias de fe y una intensa formación doctrinal, mi posición ante el mundo tendió al combate de la fe. Siempre me gustó ser un paladín, adalid y defensor de la justicia, el bien y la verdad. Sin duda el espíritu de San Juan Bautista encajaba con mi perfil. En cierto sentido notaba que prácticamente todo el mundo estaba corrompido, y que, por tanto, como buenos cristianos lo que debíamos hacer era denunciarlo, transformarlo y evangelizarlo mediante el anuncio. Sí, claro, sin miedo a las consecuencias. Recordemos que a Juan Bautista le terminaron cortando la cabeza, aunque también es cierto que es el santo entre los santos y que "no ha habido nunca nadie más grande nacido de mujer".
Quizá fue la energía, o los modos. Quizá que con veinte años tienes la sensación de que puedes "comerte el mundo", pero ahora reconozco en aquella época una cierta falta de humildad. Una cierta desconsideración hacia 'los otros', hacia  aquellos 'pobres ciegos' que no eran capaces siquiera de vislumbrar la luz que para mí resultaba cegadora.

Por aquel entonces grabé bastantes programas de debate en televisión. Me temo que en los anales televisivos mis posturas puedan parecer radicales, extremistas o demasiado ardientes. Pero bueno, "lo escrito, escrito está".

Afortunadamente, espero, el paso de los años te hace madurar y cambiar, con suerte, a mejor. No es que imitar al Bautista se malo, ¡ojo! No quiero que se me malinterprete. Pero llegó un momento en que llegué a estar ciertamente enfrentado y enfadado con el resto del mundo. Y ya pasó.

Quizá la siguiente etapa de mi vida espiritual ha sido patrocinada por San Juan Evangelista. El discípulo amado representa el apostolado que que se hace desde la cercanía y el amor a Jesucristo. Este me resulta muy próximo al Apostolado de la Oración, que conocimos gracias a los encuentros de FRC (Familias por el Reino de Cristo).
Básicamente, se trata de estar muy, muy cerca de Dios para poder llegar a los demás. Porque los sentimientos de Cristo fueron de acogida, de reparación, de perdón y de misericordia. Asemejar nuestro corazón su Corazón es una tarea para toda la vida, del mismo modo que la evangelización y el trabajo de apostolado "desde dentro" de la Iglesia.
Época de oración, de eucaristía... pero también de encuentros, de charlas, de propuestas y de trabajo intenso en la pastoral familiar.

Y así llegamos al último de los juanes que ha entrado fuerte en mi devenir histórico: San Juan Bosco. La experiencia de "don Bosco - El Musical" me ha ganado una relación renovada con este santo y con toda su familia, la familia salesiana. Ha sido todo un descubrimiento y un encaje de bolillos de la Providencia el que haya descubierto este carisma que creo que tanto puede ayudar a mi vocación como educador. 

Y hasta aquí los juanes de mi vida. Ya os podéis imaginar quién puede poner música a esta entrada. ;)

5.6.15

Demasiado sexo... en el lugar equivocado.

Lo tengo decidido. Lo de ayer fue la gota que colmó el vaso. A partir de ahora rebajo el listón de las recomendaciones de edad y consideraré que los contenidos de +16 son lo suficientemente dañinos y/o soeces como para desecharlos directamente. Siempre he defendido que aquello que puede lastimar a un menor (los etiquetados como "+18") sin duda minan las conciencias de todos, por muy adultos y maduros que seamos, y nos vuelven insensibles hacia la violencia, el odio extremo, el sexo, los gestos obscenos, el lenguaje inapropiado y todo aquello que evitamos a nuestros hijos (fomento del consumo de drogas, violencia sexual, comportamientos machistas, antideportivos, etc.etc.).

La gota a la que me refiero cayó en esa hora al final del día en la que buscamos un descanso intelectual. La TV a la carta ha cambiado totalmente las costumbres en esto... con su parte positiva y su parte menos positiva. Ahora la aventura es "encontrar" algo que te guste, o que por lo menos se deje ver. Porque seamos sinceros: los contenidos son cada vez más soeces, más cargados de pansexualismo, más inapropiados. En los últimos meses mis contenidos se han limitado a las series policíacas de tipo deductivo (Elementary, Castle...), con algo de sangre y otros tejidos pero poco nauseabundos. Pero como las temporadas son limitadas y las opciones se agotan nos dio por poner una serie que "pintaba bien", de temática con trasfondo musical. La excusa es una como otra cualquiera: una oboísta recién llegada a Nueva York.

Pero mira tú por dónde en menos de dos minutos ya dio el cante. El primer capítulo "piloto" se inicia con la protagonista (instrumento en mano) dando clases particulares a un niño adolescente (móvil en mano). Le dice que estudie para un concierto. No recuerdo exáctemente cómo pero el niño abandona la escena y ella coge su móvil: "Ójala mi pene fuera un oboe". ¡Vaya por Dios! ¡Cosas de la adolescencia!??
En un alarde de generosidad - y puesto que la escena siguiente es la de un concierto barroco - le doy una oportunidad. Craso error.
La oboísta conoce a la chelista y salen después del concierto a tomar una copa a un bar. Bromean sobre el culo del camarero (bueno está) y de repente sin venir a cuento la susodicha empieza a hablar de las diferencias en los comportamientos sexuales de violinistas, percusionistas... ¡y hasta ahí! Porque evidentemente a mi edad no necesito más para saber que los guionistas aprovecharán cualquier excusa para seguir dotando a la serie de semejantes reclamos del eros, ni quiero ver imágenes de sexo pseudo-explícito [que es el que ponen ahora y que únicamente ocultan los genitales para evitar la catalogación como "pornografía"].

Conclusión: la música clásica no es lo suficientemente interesante. Hay que mezclarla con sexo para que la audiencia la trague y se enganche a la serie. ¿Será que a base de tanto erotizar los contenidos la audiencia está tan acostumbrada a eso que lo echaría en falta?

Pues qué queréis que os diga... una pena. Yo no quiero aclimatarme a lo que pretenden echar a mi cerebro (+16). Seguiremos buscando.

23.5.15

Cuestión de colores: mi reflexión en una jornada de reflexión.

¿Es simplemente una cuestión de colores? Las elecciones autonómicas y municipales son algo más que una antesala de las nacionales. El panorama que dibuja a Agenda mediática no me convence.
En Extremadura hasta hace bien poco pareciera que las votaciones eran cosa de tres: los verdes, los rojos y los azules-y-rojos.
Los verdes eran los más rojos, pero durante tres décadas fueron una minoría. Recibieron su nombre (y sus colores) de la necesidad de aliarse con todos los posibles (extremeñistas, ecologistas, librepensadores, etc.) para poder sacar algún escaño en el parlamento regional.
Los que iban de rojo pasión no lo eran tanto (al menos esa es mi sensación). Siempre pretendieron ser el "centro" y en cierto modo lo eran, puesto que cuando hay tres piezas lo más normal del mundo es que una quede en el centro. Su habilidad fue la de captar el voto de las clases sociales más bajas, que en mi tierra son -por suerte o por desgracia - la mayoría de las clases sociales.
Y, finalmente, los rojiazules que, aún siendo supuestamente los menos rojos de todos quisieron contentar al mayor número posible de votantes; un juego de equilibrista no exento de múltiples peligros.


En los casi veinte años de vida política que voy a cumplir como ciudadano con derecho al voto, podemos decir que la cosa había variado poco. Por supuesto, los partidos no han faltado como opción. Las papeletas las imprimen en igual número para todos... ¿no?
Pero si la transición democrática fue un boom de ideas, de partidos y de propuestas... los que hemos nacido en democracia no habíamos visto un florecimiento de variedades florales similar en el panorama de las encuestas y sondeos de voto.

Ahora parece que, de repente, el tablero se llena de nuevos colores:

· Para empezar, los que eran ya no son los que son. Los verdes se han pasado a su color natural (el rojo) si bien, en ocasiones, para no confundirse se visten de la bandera republicana (¡mucho mejor! - así los conocemos sin tapujos). Los rojos pasión se quedan en rojos muy rojos, hasta el punto que el puño es más rojo que la rosa, lo cual refleja bastante bien los derroteros por los que han discurrido en todo este tiempo (puño cerrao del mandamás y sendero comunista de los obreros). Y los azules se han vuelto azul-pitufo desaciéndose de toda reminiscencia rojiza; ahora vuelan alto y sus letras son más blancas y transparentes.

· Pero la corrupción política, las cosas de la crisis, la falta de distancia política entre los colores, los intereses mediáticos, los otros intereses mediáticos,... y una buena dosis de propagranda han sacado los colores a nuevas formaciones empezando por PODEMOS. Los de la coleta llevan el morado, lo cual viene a ser un rojo reconcentrado y extremista, tirando a enfadado (y sin despreciar el ramalazo republicano). Para ellos se ve que el rojo no es suficiente.
Algo así como "pa contrarrestar" - y viendo los efectos venenosos que podría tener para el sistema establecido la erupción púrpura - en muy pocos meses se decide dar un impulso a CIUDADANOS como cuarta pesa que equilibre una balanza incierta. Los naranjitos han llegado a España para ser los modernos anti-púrpura: formalitos, jóvenes pero sobradamente preparados y con un estilo mucho más 'serio' (sin coleta, vaya).

· Pareciera que ya está todo dicho. Que hay cuatro opciones 'mayoritarias' en la prensa. Sin embargo, nuestro presi decide hacer un "debate" a nada más y nada menos que 12 bandas en Canal Extremadura. Allí hay de casi todos los colores (incluyendo los "animalistas" - ¡ofú!).

Ahora bien. Basta con darse una vuelta por los programas electorales de los cuatro grandes (y tener en mente las medidas de los últimos gobiernos socialistas y populares en España y en Extremadura) para tener una sensación clara: la tendencia del cambio político arrastra a todos hacia la izquierda.

La ingeniería social ha funcionado muy bien en España. Ya nadie quiere ser conservador ("de derechas") porque no está bien visto. Desde la ley del divorcio, pasando por el aborto, el traslado de competencias a los territorios nacionalistas, las leyes de "igualdad" de género, las reformas educativas, etc.etc. ... ¡el impresionante "trabajo" del gobierno de ZP sigue en pie después de cuatro años sin apenas cambios!
Cualquier "vuelta atrás" - aunque sea hacia los valores que hemos aprendido de nuestros padres y abuelos - es vista como retrógrada. El partido "de la derecha" quiere ser de centro. Los nuevos partidos están "a la izquierda" de sus progenitores (los púrpura más rojos que los rojos y los naranja más rojos que los azules). La pigmentación se vuelve cada vez más "cálida".

Y digo yo... en el fondo, ¿no buscan los partidos contentar al individuo en lugar de a la socidedad? ¿Acaso buscan una Verdad o simplemente el voto? ¿Qué principios o valores se defienden?

El electorado católico tiene un serio problema para encontrar un partido político que respete los postulados de su fe - que mira que son pocos (familia, matrimonio hombre-mujer, defensa de la Vida, sexo con seso, libertad de educación, libertad de culto, Religión en las aulas, economía que defienda la dignidad de la persona frente a los intereses de los poderosos, bien común).
¿¿Entonces qué pasa con los colores??

Mi reflexión es esta: seguid buscando colores hasta que encontréis alguno que no os haga daño a la vista. Los hay. Pocos, pero los hay.  El voto no puede ser un voto "útil", esto es, un voto como el de el que hace un apuesta "para ganar". La premisa errónea funciona mucho: Si voto a un partido que "sé que no va a tener representación" entonces mi voto va a la basura. ¡Falso!

Cuando mañana vaya a votar buscaré el voto de la esperanza. Los hay verdes, roji-gualdas, naranji-morados,... incluso los hay sin presupuesto para logotipos. Pero nos hacen un favor muy grande poniendo su tiempo al servicio de un compromiso con la alternativa política.

Votemos a aquel partido que pensemos que puede defender mejor nuestras ideas o nuestros intereses sociales, económicos... políticos, en definitiva. No nos dejemos arrastrar por la Agenda.




4.4.15

Felices Pascuas o "la Semana Santa como cara opuesta de la Navidad".

No sé muy bien el motivo, pero la Semana Santa no me parece una "fiesta". Quizá el motivo sea que, en contraposición a las Navidades, siempre la hemos vivido de un modo más personal y menos en familia. Tal vez deba ser así, en realidad. Me explico.

La Navidad es un tiempo de ideales, de sueños nunca cumplidos: paz, amor, fraternidad, esperanza. Es un momento de sentimientos cargado de nostalgia y, en cierto modo, de bondad. Nos encontramos, celebramos en familia, cantamos, tomamos dulces...
La ocasión lo merece, porque un Dios nos ha nacido y nos da una primera gran lección: la humildad. Lo material pasa a un segundo plano - incluso cuando SS.MM. los Reyes Magos hacen realidad los sueños materiales de los más pequeños - porque nos quedamos con lo importante: con aquello que llega al corazón y lo inunda de paz.

Sin embargo, la Semana Santa nos transporta, por así decirlo, al mundo real, al mundo de los adultos, a la cruda existencia - del siglo I o del  XXI - con sus miserias e incoherencias de siempre. Atrás quedan los sueños de la infancia. Aquello que contemplamos es la brutalidad, la violencia máxima, la injusticia, la incomprensión. Se nos presenta a un gran hombre, a Jesús de Nazaret, siendo condenado injustamente, torturado, cargado con la cruz, desnudado, crucificado y con el corazón traspasado. Como dice San Juan al comienzo de su Evangelio: Él era la Luz "y las tinieblas no la recibieron".(Jn 1,3)

Ante semejante "espectáculo" desolador no caben celebraciones ni fiestas. No hay mucho que compartir ni miradas que intercambiar. Quizá por ello los nazarenos se cubren el rostro y agachan la cabeza. ¿Qué celebramos entonces? ¿Qué sentido tiene gastar tantas energías en rememorar tales cosas?

Se trata de un tema personal. Una cuestión trascendente. Una cuestión de vida o muerte. Porque la Semana Santa nos hace recordar aquello que da sentido a nuestras vidas y a nuestros quehaceres cotidianos.
El mismo evangelista lo explica perfectamente:

"La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. (Jn 1,9ss)

He aquí la cuestión. Que Jesucristo es la Verdad. Que con su Resurrección iluminó y dio sentido no sólo a su Pasión y Muerte sino a TODO lo demás. A nuestras pasiones y a nuestros sufrimientos; a nuestras alegrías y a nuestras penas; a nuestra vocación, a nuestra familia, a nuestra vida.

¿Cómo? Con Amor. Un amor humilde que luchó y venció mediante al obediencia a la voluntad de Dios. Sí... un Misterio inenarrable e inaudito, pero así es. Es tarea de toda una vida el tratar de desentrañarlo, y no sólo eso, sino de llevarlo a la práctica.
Porque el Amor de un Dios que entrega a su Hijo único a la muerte por salvarnos nos interpela de una manera decisiva. Cristo sufrió por nosotros, cumpliendo totalmente aquello que habían predicho los profetas, instaurando la Nueva y definitiva Alianza de Dios con el hombre.

¿Y qué hacemos nosotros ante semejante hecho? Pues callar y obedecer. Porque ante la Cruz no cabe otra opción que la de la contemplación del Misterio. Podemos condenar la iniquidad del ser humano, recordar a tantos y tantos que hacen sufrir a los que tienen al lado. Podemos condenar nuestros propios actos, cada vez que hemos tratado mal a alguien o hemos permanecido indiferentes ante el dolor o la injusticia.



¿Al más?
¡Claro que sí! Porque, precisamente, tenemos algo que celebrar. Nada más y nada menos que el hecho de que la historia no quedara ahí, sino que tras el sufrimiento y la fatiga - este valle de lágrimas - nos espera, con suerte, una recompensa que no merecemos pero que Jesucristo ha ganado para nosotros.

Si la Cruz nos deja sin habla o incluso nos puede hacer sentir desánimo ante la barbarie del ser humano y nuestras propias miserias, la Resurrección nos inunda de fe, de alegría, de esperanza en la vida eterna.

Así pues, resulta que sí que hay motivos para decir "Felices Pascuas" o "Feliz Pascua de Resurrección", aunque mi sensación sigue siendo que la felicidad y la celebración llegan un poquito tarde. Es lo que tiene: para alcanzar la meta hay que correr toda la carrera sin desfallecer.


¡Felices Pascuas a todos!
Paz y bien,
Daniel.

1.2.15

Crónica de un estreno: don Bosco - El Musical (por Daniel Muñoz, secretario del Sr. Cardenal Enemigo)

Crónica del estreno de "don Bosco - El Musical".
Mérida, sábado 31 de enero de 2015.


Emoción contenida. El ambiente tiene un aire mágico. Acaban de apagar casi todas las luces. Apenas un tibio fluorescente azul detrás del escenario y la poca luz que se cuela entre bambalinas consiguen que no estemos totalmente a oscuras. Y, sin embargo, hay un murmullo... una presencia al otro lado de la gran tela negra que hace que no importe ese detalle y que recordemos una cifra: mil personas.

- ¿Mil personas? ¿De qué te quejas? En el sermón de la montaña Jesús habló para más de cinco mil.

- Sí, pero nosotros no somos Jesús.  ¿O sí...?

Momentos antes en el camerino Marco Antonio, el director del Colegio, nos ha dicho que esta noche somos palabra de Dios para los demás, que lo que vamos a contar no es un simple cuentecito ni una 'bella historia'. 

Quizá es por la oscuridad, o por la hora - siempre hemos ensayado 'con la tostá'. Quizá es simplemente la magia del escenario, el silencio... o quizá es simplemente que sabemos que estamos a puntito de volcar tanto tiempo de preparación.

No estoy nervioso. De hecho, estoy deseando empezar. Los ensayos generales han ido francamente bien. El escenario ha quedado imponente. Creo que al otro lado muy poca gente sabe lo que les espera. A mí, que sí lo sé, se me escapa una sonrisa. ¡Vamos!

El director salesiano, ahora iluminado por un foco, presenta la obra diciendo que acaba de estar en camerinos. Vuelve a repetir casi al pie de la letra las mismas cosas que antes nos ha dicho a nosotros, aunque omite que hemos rezado juntos un Avemaría.

Nada puede salir mal del todo. Ella está con nosotros. #LoMejorEstáLlegando. ;)

Y entonces suena la música. ¡Música, maestro! ¡Qué pasada! Los miles de vatios que han puesto consiguen sacar todo el jugo a los matices.
La música. ¡Música mía! Desde que tenía nueve años comencé a estudiar en el conservatorio. Hoy día  - en mi otra vida que no es la del secretario del cardenal - me gano la vida gracias a ella como profesor en un instituto de Secundaria.
¡¡Qué poder tiene la música para elevar el alma!! Hizo bien este cura en aprender a tocar el clavecín.
Ahora me parece que cada fibra de mi cuerpo resuena y está tocada.
Conforme se va desplegando la obertura elevo la mirada al techo del Palacio de Congresos de Mérida.

¡Pura fachada! Estos edificios modernos están huecos por dentro. El escenario es una treta, jeje... pero la música no. La música es tan real y tan efectiva como puede serlo. Y lo es, y alcanza nuestra fibra sensible.

Somos palabra de Dios. Estamos aquí para tocar el corazón y el alma del público. 
Dios te salve, María...


Se alza el telón y con el cambio musical los focos azules iluminan la escena como por arte de magia.

Oigo cómo el coro comienza a cantar. Ayer sonaron espectaculares, pero desde aquí no se escucha igual de bien. No yo, pero el público sí.

-♫ No es cosa de un siglo más ♫... 

¿No? ¡Ah! El bicentenario es una excusa. Los bailarines mueven los labios haciendo playback. ¡Con que finalmente se han aprendido las letras!

-Juventud, divino tesoro...

Vibra el ambiente y no sólo por la potencia de los macroaltavoces - todo ha comenzado genial - pero cuando José Ignacio sale a escena con el bonete de don Bosco aquello se convierte en el acabóse. ¿Todavía no ha empezado a cantar y ya están aplaudiendo de esa manera? ¡Madre mía! ¡Pues esperad a ver cómo canta!

♫ "Sé muy bien lo que me pasa, 
es una música que suena en mi interior,
viajará con tus sueños
y te llenará de gozo el corazón". 

A los compositores nos gustan mucho este tipo de cosas: la primera vez que aparece el personaje principal en la obra y lo que dice es que hay una música que está sonando en su interior (¿un musical, dijiste?) y que lo vamos a pasar genial. ¡Y tanto! ¡Qué subidón al terminar la primera escena!

- Por tííííííííí...♫♫
- Ahora sí. Ahora ya aplauden con motivo. XD.

Por mi cabeza pasa rápidamente el comienzo de esta historia. Me transporto al casting de hace más de un año, al que nos presentamos fundamentalmente para hacer bulto - y para pasarlo bien, ¡cierto! Me preguntaba entonces quién haría de don Bosco. ¡Menudo papelón! Y pedazo de "don Bosco" que tenemos nosotros. ¡Bravo!
¿Quién nos iba a decir entonces que íbamos a 'terminar' así?
Admiración. Pasión. Complicidad.

Elevo otra vez mis ojos, pero esta vez al cielo, atravesando ese techo de doce metros y doy gracias a Dios.
"Cuando tenía nueve años, tuve un sueño...".  


Una bola blanca, una bola negra... El sueño de don Bosco es perfecto para ponernos a todos en situación. Sigo el espectáculo como si no lo hubiera visto nunca, hasta que José Ignacio sonríe al mencionar la visión de María Auxiliadora. Yo esbozo también una gran sonrisa al recordar cómo en uno de los ensayos me acerqué a él y le sugerí que riera en ese punto: ¿cómo podrías recordar la visión de la Virgen y no iluminar tu rostro con una sonrisa?

Este es hoy un sueño hecho realidad. Don Bosco lo está bordando. Se crece en la escena, se le ve entregado.

- Tenías que haberle advertido a Jose que tú te creces en el escenario. Que en los ensayos te cortabas un poco por miedo a que te dijera algo... 
Lo siento, Jose. Esta noche vamos a por todas. :D - pienso- Y si me equivoco... ¡de los errores se aprende! Jeje.

¡Nuestro turno! Allá vamos... ¡Qué guay! ¡Cuánto tiempo llevamos esperando este momento! Que si faltan 25 días, faltan 24 días, faltan, faltan,... ¡Uf! ¡Hay que disfrutarlo a tope!


Salimos a escena. Nervios cero. Mi cardenal  - porque lo de "Alfonso Benito de Valle Galindo" es como un alias para mí - comienza a leer... sigue leyendo... sigue leyendo. Y noto que algo va mal. ¡Me he saltado el primer pié! ¡Hala! :/
El congelado apuntador me estaba diciendo mi línea... ¡esa ya me la sé! Pero el que se ha quedado congelado soy yo.

Claro, tanto disfrutar, tanto disfrutar... has perdido la noción del tiempo. ¡Congelado!

Salimos pronto del apuro (el público se ha quedado sin la palabra "Eminencia", pero no lo sabe). Aún así no me gusta que me haya traicionado la confianza. ¡No volverá a pasar! Me viene bien una cura de humildad...

- ¿No eras tú el que guaseabas que lo importante no era que todo saliera perfecto? Jajajaja... (risa maligna tipo JJ).

Estoy cómodo en escena. Supongo que es porque mi papel me viene como anillo al dedo. Bueno... por eso y porque no tengo vergüenza ninguna. Jeje... En algún momento - creo que recordar que fue ayer en el descanso del ensayo general - Ángel de las Heras me pregunta de dónde me vienen a mí esas tablas... y yo gustosamente le contesto con hipótesis. Nada seguro a ciencia cierta. 

Pero ahora mi confianza pasa por el trabajo. El texto está muy trabajado; lo hemos ensayado muchísimo. Práctica, práctica y otra vez práctica. ¡Este es el auténtico secreto del arte!

Hemos terminado el primer número. Thumbs up! Mientras salimos muy en silencio - hoy sí, y menos mal - los gestos entre bambalinas son de pulgares hacia arriba. Y así contestamos nosotros. ¡Hora de sentarse y disfrutar un poco del espectáculo!

La calle tiñe de rojo el decorado y el suelo del escenario. Este rap no sólo da variedad musical sino que mancha el sueño con la cruda realidad. Violencia, agresión, muerte... No puedo evitar recordar un hecho sobrecogedor. Hace tres años un antiguo alumno de mi centro murió debido a una agresión en un centro comercial de la ciudad. ¡Maldita sea! 


La escena me impacta siempre por lo mismo, pero hoy lo hace mucho más con este juego de luces. Cómo sacan a rastras al joven muerto (que mira que hace bien de muerto) y, sobre todo... ¡el abrazo de Don Bosco al agresor!
Es un caso extremo, un símbolo... lo sé. Pero refleja una gran verdad. ¡Qué corazón y qué tripas hay que tener a veces para llegar a los jóvenes! Este cura loco tuvo ambas cosas en una época y un ambiente especialmente difíciles. Allí fue capaz de forjar su Sueño dentro de un patio... 

Miro ahora, mientras comienzan a cantar, hacia "EL (espacio) CORO". La complicidad con ellos es muy especial, como pasa casi siempre en los coros, por otra parte.
Linde van der Veken es del gremio - ¡cómo me ha hecho disfrutar en la misa de esta mañana con su violín, qué joya de interpretación y qué poco la puede valorar quien no sabe lo difícil que es tocar así!
Nos conocimos en el viaje a Madrid para ver al papa Benedicto XVI en la JMJ.

- O sea... ¡nada que objetar!

Ahí la tenemos, absolutamente concentrada en la dirección.
Mención especial tengo que hacer a otros tres miembros [y perdonadme los demás, porfa, no me lo tengáis en cuenta].
Ángel es un tío simpatiquísimo al que siempre he visto desde el otro lado, como su entregado público. Ha cantado durante años en Ubi Sunt! con varios amigos en común pero nunca habíamos coincidido hasta esta experiencia.
A Leticia y a Pin (tan mundialmente conocidos que no necesitan ni nombre en el programa de mano más que "Leticia" y "Serafín")... ¡si yo os contara! Son personas excepcionales que tengo la suerte de conocer desde que éramos adolescentes. A ellos los embarcamos nosotros en esto - bueno... 'nosotros' aunque ciertamente más mi media naranja -, así que me siento especialmente satisfecho y contento de verlos aquí. ¡Amistad fructificando!


Y, por supuesto, el amor de mi vida - Gema - que como ella dice... "canta todas las canciones menos dos, que las canta en escena". 
¡Pobrecita! Si está involucrada al 100% es por mi culpa, pero sé que lo pasa mucho mejor cantando aquí en la retaguardia... a pesar del frió pos-escénico que hace. Ella y yo somos una misma cosa - los que nos conocéis bien lo sabéis. Me basta verle la cara para saber qué tal he transmitido en cada número. [...]

Comienza a hablar la Providencia... primeras risas del público. ¡Sí que se han gastado rápido el dinero del cardenal!
Vuelvo a recordar los ensayos. Ha sido un largo camino... y en cada uno de los ensayos me parto de risa con el gesto de Mamá Margarita cuando "la providencia llama a su puerta".


Es el turno de mi hermanico mayor. Dicen que nuestras voces por teléfono son muy difíciles de distinguir. No sé, pero certifico que soy capaz de imitar su voz al 99,9% cuando grita...
- "¡Soy el párroco de la Divina Providencia!".

También está aquí por mi culpa (¡Ay, mea culpa!). Se acercó al cole a rellenar la solicitud del casting de Eva - su mujer y a la postre monja #2 - y cuando estaba allí le dije: "¿Y tú? Ya que estamos... tendrás que venir, ¿no?".
Le piqué un poquito y picó enseguida. Tiene casi tanta vergüenza como yo... solo que le retiene el compromiso de sus dos peques; por eso su papel es de aparición estelar. ;)

Enseguida me toca a mí hacer reír al público. Sé que me puedo recrear en la frase: "¡Ah! Si es por eso... también nos las hace desaparecer a nosotros".

La respuesta desde las gradas es abrumadora. ¡Sabía que iba a ser la mayor diferencia con respecto a los ensayos! No pensé que fuera tan palpable, tan cercana.
Una sensación realmente agradable saber que estás provocando esa reacción.

-Tienes mucha suerte con tu papel.
 
¿De parte de quién está don Bosco? Sólo coincido dos veces en escena con el amigo y maestro de la juventud. En esta lo paso mal... porque tengo que increparle. En la otra lo paso peor aún...

Sin duda si por algo está mereciendo de verdad la pena esta experiencia es por el acercamiento a "los Salesianos". He de reconocer que siento que ahora es cuando estoy empezando a conocer la figura y el carisma de Don Bosco. ¡Y eso que tengo cuatro hijos matriculados en un colegio salesiano! ¡Qué poca vergüenza!

Que conste que no es por desinterés. Siempre lo he mantenido ahí como una tarea pendiente. TAREA: aprender un poco del carisma salesiano y de la vida de don Bosco. ESTADO: Pendiente.
Nos costó casi dos años y un buen número de visitas a la inspectora lograr que nuestros hijos entraran en el cole. ¡Injusto proceso de escolarización! Si Don Bosco estuviera vivo seguro que proponía cambiarlo...

Supongo que casi todos estaréis de acuerdo conmigo en que los salesianos tienen muy buena fama en general, pero también tienen fama de dos cosas no tan buenas: (1) de ser muy absorbentes (¡Sacan a los muchachos de sus parroquias! - ¡y no dejan de dar tareas a sus profesores! añadiría yo) y (2) de hablar más de Don Bosco que de Jesucristo.
En un encuentro con el arzobispo, hace escaso mes y medio, comentándole que íbamos a participar en el musical y demás, nos contó - ¡otra vez! - su anécdota con los Salesianos de Mérida. El hombre estaba celebrando una misa festiva, con todos los alumnos (supongo que sabréis cuál sería según la costumbre de la Casa) y justo antes de la consagración le dio por ser didáctico y - método socrático - preguntó: ¿Sabéis quién se va a hacer presente entre nosotros dentro de unos momentos? A lo cual los cientos de niños y jóvenes allí congregados respondieron al unísono: "¡Don Booooosco!".

- Tierra trágame. [!]

Os confieso que desde mi religiosidad particular hasta hace bien poco estaba ciertamente un poquito de acuerdo con el cardenal. Demasiada 'alegría y fiesta' cerca del sagrario. Ese ruido, esa algarabía, ese corretear de muchachos por la capilla... Mucha 'educación en valores' y poca fe cristocéntrica. "Demasiado donBosquismo, ¿quizás?".

- ¿De parte de quién está?

Todo esto pasa por mi cabeza cuando sobre la escena el protagonista empieza a cantar nuevamente. Un canto a las almas.
De los veinticuatro temas musicales que componen el musical es éste el que más me gusta. No sólo porque sea lírico, intimista y de factura impecable, sino porque porque habla de una vocación. Una vocación que comparto y que hace que don Bosco y yo seamos del mismo 'partido'. Don Bosco se desnuda, nos enseña una fotografía de su mente y de su corazón. Él ve a los jóvenes no como "alumnos" o como "educandos" sino como almas que buscan y necesitan del amor de Dios.
La humanidad es un inmenso mar de almas. Y esto no es sólo una idea fría, ni una utopía sino que ha encendido su corazón de tal manera que las consecuencias son palpables hoy.

"A partir de este musical Don Bosco será siempre mi amigo". 

La vocación de educador no es fácil, pero el final de la canción es épico. ¡Dan ganas de sumarse al sueño de Don Bosco! Me recuerda a esas películas de piratas cuando un atardecer imponente se descubre en el horizonte abierto por encima de las velas del barco. Y es él el capitán del barco que se asoma a la proa, ésta vez dibujando una hermosa silueta con bonete.

Cuando las almas salen de escena entra Mamá Margarita con una hogaza de pan.
¡Esta Mari Carmen es auténtica! 69 años, ¡ójala llegáramos todos a esa edad con semejante vitalidad! ¿Y quién no habría querido tenerla como maestra?
Todas sus intervenciones son magníficas, pero el monólogo del pan me encanta. ¡¡Qué bien sabe transmitir!!
El picoteo de los pajaritos, ese trigo que crece, o ese pan tierno y crujiente a la vez. Realmente me parece estar viendo a una madre que aconseja e instruye el saber y el sabor de la tradición.

Como ella dice, una de las cosas más bonitas de este proyecto es que es de todos. Desde los 6 hasta los 69 años - de 1 a 1000 jugadores. :D

Hasta el momento todo va perfecto. Llevo un rato sentado pero estoy disfrutando como un niño. Jose do Campo está de pie, detrás de la bambalina que tenemos delante. Tiene cara de estar nervioso, pero alucinando a la vez. ¡No me extraña! Yo prefiero mil veces salir a escena y soltar un poco de adrenalina cada rato... ni me imagino tener que estar las dos horas y media "como sufridor del 1,2,3".

Cuando va terminando el monólogo del pan Mamá Margarita da una pena espantosa... ¡qué gran interpretación!
Pero entra un Don Bosco simpático y confiado en escena. En esta es en la que me parece más simpático. ¡Es un Don Bosco que rebosa fuerza y confianza! Y a la vez es humilde...

- ¡Cuidadito con ciertas afirmaciones! ¡El milagro no es mío, sino de la Divina Providencia!

Esta es la humildad de los santos. Es lo más difícil: no considerar que todo esto que estamos viviendo es fruto únicamente de nuestro esfuerzo, sino que nos limitamos a realizar la idea que Dios nos puso por delante.

¿De dónde viene toda esta historia si no? Mamá Margarita se retira de escena y llega "el hombre ante el que la naturaleza se inclinará".

- ¿Tenéis claro quién es, verdad?
- ¿¡Don Booooosco!??

Jajaja. No, evientemente. Es Él. Es Cristo. Y ahora comprendo que sí que el salesiano es cristocéntrico, solo que este Cristo es un amigo cercano de los jóvenes. Un cristo 'moderno', actual. Un CristoVive, viviente.


¿Y necesitamos nosotros ser... demasiado modernos?
No lo sé... pero de momento...

Pues sí. Un Jesús moderno y alegre. Un patio lleno de muchachos que se divierte con sus trucos de circo.
¡Ahí entran mis niños! ¡Qué emoción! Diego Manuel y Lucía, mis dos medianos.



Es increíble lo de los niños. Para ellos es verdad que todo es juego. ¡Pura inocencia! Salen a escena pensando en dónde tienen que sentarse para salir a jugar al corro con don Bosco. No me cabe la menor duda. ¿1000 personas? ¡Bah! Una monitora y una pelota. :D

El circo es uno de los bailes más vistosos y los niños arrancan aplausos extraordinarios. Como dice mi Sr. Cardenal... "Veremos cuando no sean nuestros familiares los que están entre el público".

Tras los niños les toca algo de protagonismo a los jóvenes. "Yo roo, tú roes,...".
Cuando José Ignacio dice lo de "...y después iremos a estudiar" arranca la que es sin duda ¡su mejor interpretación! Ese "Noooo" les sale del alma. A estas alturas las sonrisas se han convertido en risas sonoras.

Ha sido manifiesta la mejora de los chicos y chicas del "cuerpo de baile" en el último mes. La juventud es así. Comprometida, pero incapaz de concentrarse "a seis meses vista". Cuando tuvimos que intensificar los ensayos en Navidad las coreografías estaban cogidas con pinzas (al menos en apariencia), pero el esfuerzo de estas últimas semanas ha dado sus frutos. ¡Geniales!
Me llama la atención cómo se abrazan entre escena y escena. Si para nosotros los adultos es una experiencia inolvidable, supongo que para ellos será doblemente intensa. ¡Juventud, divino tesoro! 

Envidia sana...

Pues sí. La alegría de los jóvenes y de los niños, fruto de la inocencia. ¡Ójala durara siempre, para toda la vida!
Sería como esas rosas recién nacidas, aún sin espinas.
Lo que no he conseguido enterarme todavía es del porqué María Auxiliadora no lleva color rosa encima. ¡Claro! que en nuestro caso no es un problema porque ya lleva a Rosa en el nombre. ¡Vaya, vaya tela, con la maestra de Religión! Alucinante cómo canta y cómo interpreta, con la inestimable ayuda de esas "musas a lo Hércules". Son geniales los saltitos y la alegría (otra vez) en sus caras.


Hablando de alegría, ¿qué os parece que el Maligno sea el profe grandote de Educación Infantil? :D :D :D

 
Juanjo y Pilar. ¡Qué encantadora pareja! De Juanjo dicen que es sin duda el artista revelación, aunque sea por la esquizofrenia del personaje y la triple personalidad. ¡Vaya risas! Pilar es una madraza y un encanto, siempre atenta a todo... aunque en segundo plano, dejando todo el protagonismo al feo... digo, perdón, al fanático.
Mola tener un archienemigo, y más si es tan guay. Su papel y el mío son antagónicos: él cervecero y yo abstemio, él loco y yo sensato, él histérico y yo inmutable, el caracterizado para la fealdad (con quilos de maquillaje, eso sí) y yo... 
Bueno, pues eso. Que mola mucho tener un archienemigo.

Todo va muy bien. Sigue rodado y empiezo a pensar que esto no es normal. ¿Deberíamos dedicarnos profesionalmente a esto?
Puede que hasta sacáramos rendimiento económico de estos muchachos, sí. 

Don Bosco saca la billetera y explica cuál es el sentido de su vida, de la vida. La vida hay que gastarla. ¡Cuántas veces queremos guardarnos la vida para nosotros!

Si amas tu vida economiza el tiempo, porque de tiempo se compone la vida.

"Razón, religión y amabilidad". Sospecho que es otro de esos leitmotivs salesianos... porque estaba en negrita en el guión.
¡Pobres de aquellos que increpan y atacan las "religión en las aulas"! No entienden que la razón y la religión no están reñidas.
Amabilidad. ¿Por qué esto no se enseña en las facultades de educación?

Hace un par de años leí un libro sobre educación que me recomendaron apasionadamente. "Mal de escuela", escrito por un profesor francés que había dado clases durante décadas en zonas desfavorecidas. Tras doscientas páginas... ¿qué conclusión sacaba? Pues que quizá había que hablar de amor en la educación. 

El guión es muy bueno, se nota que lo ha hecho gente que conoce muy bien lo que quiere contar. ¿Sabéis cuántas veces ha aparecido ya la palabra "amor" en unos minutos? 15. En total aparecerá 59 veces a lo largo del musical. ¡Amor! ¡Amabilidad!

Si siempre me ha fascinado la historia ahora me parece que comprendo mucho mejor de dónde venimos, y al mismo tiempo tengo la sensación de formar parte de una cadena ininterrumpida. ¡El ideal sigue aquí! ¡Un mundo mejor es posible!

Pero el "amor" no es algo intangible. Amor es lo que está pasando hoy... pasión, darse a los demás, entregarse... gasta tiempo energía y ganas por fines nobles.



Cuando otra vez me toca salir a escena (¡Lo sabía...!) ya no hay nervios.
¡Rendimiento económico! Malpensados... Empiezo a defender a Don Bosco, pero ¿y si quiere otra cosa?
Dicen que siempre hay dos razones para cada cosa: una buena razón y la verdadera razón.

¿Y yo? ¿Busco el éxito? ¿Cuál es la verdadera razón de que esté hoy aquí? ¿Cuál es mi provecho?

En mayor o menor medida a todos nos gusta el éxito. Ser admirados, ser conocidos, ser apreciados.
¿Quién quiere ser un simple obrero? Hmm...

Cuando mis sospechas se convierten en el número del "obrero de Dios" lo más interesante es ver qué pasa finalmente con la famosa pala. ¡Mira que ha dado vueltas la pala!


Aquí está Luisma. Pienso en su contribución, así como en la de César, Juanjo... y otras tantas personas que han trabajado tanto y en 'la sombra' para que todo pueda funcionar hoy.

Ellos son un ejemplo de la rectitud de intención; un ejemplo de continuidad de aquellos primeros salesianos. ¡200 años no son nada! Entre lo que esta noche representamos y nosotros existe una sucesión de continuidad.

¡¡Os dais cuenta!! ¡Que no se trata de una fábula, sino de una verdad que nos alcanza aún aquí y ahora!

Por eso no podemos desafallecer. Por eso hemos sido capaces de vencer todas las dificultades hasta llegar aquí.
La cruz; el cansancio... parecido al que muestra ahora Mamá Margarita. ¡Pero de qué nos quejamos si Él dio la vida por nosotros!

Es muy cruel que lleguemos nosotros precisamente ahora con la silla. ¡Hasta me da un poco de cargo de conciencia!

¡Y nos preocupamos por una silla!

¡Pobre Mamá Margarita! Nuestro último número juntos. Es el que más nos costó en los ensayos, pero con las aportaciones de unos y de otros creo que ha quedado estupendo.


Ella lo ha hecho todo. 

Dentro de poco ella encontrará la estampa de la Virgen. Es su discurso de despedida. Emotivo, tierno; cuando ella partió al cielo dejó a su hijo en manos de la Virgen. "Ella siempre nos ha auxiliado". Los muchachos necesitan una madre...

María. Puede que sea casualidad, pero hace no más de un par de años que me considero "mariano". No ha sido nada intencionado. En un momento determinado ella apareció en mi vida: algunos libros, un par de visitas a santuarios marianos, una gracia importante... ¡et voilá!

Ahora María es la verdadera protagonista. ¡Y me toca a mí explicarlo!

- Y la quiere llamar... Santa María Auxiliadora. :)

Me toca a mí dibujar la sugerida sonrisa. Esta es la mejor parte de mi transformación interna; el cura sindicalista me empieza a caer bien. Lo que no todo el mundo sospecha es que - tal vez por esta alegría interior - el Cardenal y yo nos hemos acostumbrado a a salir bailando la música de "La lotería".

- Si usted compra un billete 
ayudarééééé...♫

¡María Auxiliadora! ¡Qué marcha! Si no fuera ya medio salesiano hasta me parecería un poco irreverente.
Sin embargo, ahora voy bailando tras el fondo del escenario, vestido de cura con sotana y haciendo de los Blues-brothers con mi cómplice cardenal mientras disfruto de otra magnífica interpretación de la Rosa y de "EL (espacio) CORO". 

Las emociones se suceden rápido en este punto. Cuando llegamos a su posición decido dejar los movimientos, porque sé que Linde se toma muy en serio lo de la concentración. Además... llega el turno al último monólogo de Don Bosco en el primer acto.

- ¡Qué mujer tan extraordinaria es mi madre! 
- ¡Con Dios no se juega!

Otra vez una despedida, pero al revés. No tenía ni idea de que existiera este "catecismo del corazón", pero me recuerda mucho a mi bisabuela Amalia. De entre las muchas frases que ella solía decir hay una tremendamente parecida: "Con la comida no se juega". Un poco más pragmática, fruto del hambre de la postguerra, pero lo importante es que su corazón de madre cristiana (con dos hijos curas para más señas) debió parecerse bastante al de esta Mamá Margarita nuestra.

Con estos pensamientos se me forma un nudo en la garganta. ¡Me viene genial para salir a escena con JuanRa de párroco!
Es momento de anunciar la noticia de la muerte de esta 'santa' (cuidadito con ciertas afirmaciones, hermano... aunque está en proceso de beatificación).

Si no fuera porque soy ya un hombre hecho y derecho, y si no hubieran pasado ya doce años desde que nuestro padre murió de cáncer de pulmón me resultaría muy difícil no soltar una lagrimita. 

Papá desde el cielo nos estará viendo ahora, y qué alegría debe darle vernos juntos en este y en otros proyectos.
¡Y encima rezando! ;)

Porque - y esto lo certifico como padre, no como secretario - sólo hay una cosa más importante para un padre que sus hijos. [...]

¡Pobre Don Bosco! ¿Cómo hará ahora sin ella?

Así terminamos el primer acto, dejando a Don Bosco destrozado, cantando con toda el alma (¡y de qué manera!) y rodeado de ángeles mientras se siente como un ángel que ha perdido las alas. 

Todo es inutil, todo es inútil...♫

---

Desciende el telón. Nosotros nos sentimos útiles. El drama no hace más que intensificar la sensación de que estamos cumpliendo el principal objetivo: comunicar.

Anuncian quince minutos de descanso. Para los que ya hemos salido a escena es momento de relajación, justo al contrario de para quienes actuarán en el segundo acto por primera vez.

En cuanto cruzamos las puertas de salida del escenario están allí las costureras. ¡Vaya trabajazo también el de las costureras! ¡Es que estamos rodeados de talento y de pasión!
Me entero de que la sotana de José Ignacio ha tenido un bajo descosido durante gran parte del primer acto, y aunque estoy convencido de que 900+ espectadores no lo han notado comprendo la desazón de la jefa de costura, que allí está preparada y dispuesta para remendar el desaguisado.  ¡Hala, hala! ¡A coser!

Me dicen que desde arriba la mía (mi sotana) se veía impecábile

- Si es que el que tiene percha...
- ¡Pero qué morro tienes, mira que eres vanidoso!
- No lo digo yo... lo decía siempre mi padre. XD

Bueno... es ciertamente una ventaja no tener que cambiar de vestuario en toda la obra. Compadezco a los muchachos, pero ellos son jóvenes y pueden ir corriendo a camerinos, jeje.

Se acaba el descanso. Suena el aviso de que el segundo acto va a comenzar. Toca recomponer la calma chicha, la oscuridad y la magia del momento.

---
Se vuelve a "hacer la música y la luz". 

¡¡Ahora también las monjas!!


Como decía, para ellas es "el momento". Sobre el escenario tengo: unos cuantos indígenas, una compañera de la universidad (Marisol, tan salesiana perdida que se casó en la capilla del colegio), una cuñada (Eva, también monitora de patinaje en el cole) y a la mujer de mi vida.

Me tendréis que perdonar que os cuente algo de mi gema preciosa, la "monja #1". Ya dije anteriormente que ella preferiría no tener que salir a escena, y menos aún tener que bailar. En el guión original apenas tenía que hacer una mímica y un diálogo, pero en vista de la entrega y disponibilidad de 'la congregación' terminaron adaptándolo a como ha quedado finalmente.
Para más inri, justo esta semana ha tenido un achaque reumático en la espalda. No sabía si iba a poder bailar... pero aquí está, con su Voltarem y todo.
Lo que pasa es que Gema tiene un carácter apasionado, y no sabe darse a medias. ¡Y os aseguro que no ha sido un año fácil para nosotros! Fueron varios meses en los que yo me iba a los ensayos y ella se quedaba haciendo el trabajo duro, en la retaguardia.

Sé que me va a decir que quite el último párrafo, pero espero no verme obligado a hacerlo. Al fin y al cabo TODOS hemos tenido que esforzarnos y sacrificar muchas cosas para poder sacar adelante el Musical. Únicamente pongo un ejemplo, el que vivo más de cerca.

 
Además, para mí es un alivio y una gozada total el que ella esté ahora en el escenario. Sé que le cuesta, pero sé que si no estuviera compartiendo esta tarea nada sería igual para mí. [...]

La veo contenta. Sonríe sin que se note que la procesión va por dentro. La veo preciosa. ¡Bien!

- "Tal vez nos ama más".

A todo esto, Don Bosco ha salido ya a explicar cómo entiende las misiones; otra vez el juego, la inocencia, la apertura, la alegría...
Me llama la atención esta forma de evangelizar. Primero compartir, después hablar de "mi Dios y de tu dios".
Pero es verdad, al fin y al cabo así se tratan los hermanos, ¿no? Primero hechos, después palabras (y si acaso). 

Pasa fugazmente por mi mente el aprecio que siento por mi director espiritual, veinte años de misionero en el Perú.

- Somos todos hijos suyos. 
Tu Padre es también... el suyo.

¡Allá vamos! Acto 2. Esta vez no se me escapa la entrada.

- Las típicas cartas de Don Bosco.

Estoy disfrutando... con mucha más tranquilidad y ya 'de parte de don Bosco'. Puedo sonreír y hacerme el gracioso. Es superdivertido hacerse el despistado, especialmente cuando mi Cardenal se lo toma tan en serio. :D

- ¿Gusanos? ¡Qué asco! ¡Gusanos! :)

Siempre que digo esa línea me acuerdo de Jose. Jose do Campo, ¡qué hombre!
Debí advertirle que me crezco en el escenario, que ahora no tiene control sobre mi personaje... ¿Eso ya lo he pensado antes, no? Jeje. 
Siempre me acuerdo de él en este punto porque en uno de los múltiples ensayos (algún día debería contabilizarlos, sólo por curiosidad) se le escapó una risa con los gusanos que le salió del alma. La tengo grabada.
No quiero extenderme mucho en halagos, pero sabéis lo que pienso. Todos somos importantes, pero cuando hay un "alma mater" que además es sobre quien suelen recaer al final los desvelos de todos... pues es importante el reconocimiento. En su justa medida, es verdad, porque cuando uno tiene no sólo la pasión sino la responsabilidad hay riesgos fundados o infundados; personalismos, discrepancias, atribuciones erróneas...
Por eso considero que en un proyecto como este, con tanta gente involucrada, el mayor mérito de Jose es precisamente el haber sabido mantener bien los equilibrios; el saber hacer pero sabiendo "hacer hacer" a los demás.
¡Y os aseguro por experiencia propia que no es nada fácil esta tarea!
En fin, eso... y sus buenos criterios en la dirección de tantas y tantas cosas.

El caso... que ya se le ve un poco más relajado. El miedo a los fallos técnicos y humanos seguirá estando ahí hasta el final (eso es algo inevitable supongo), pero por lo menos espero que ahora esté disfrutando con mi cara de asco por los gusanos. XD

Y llega el encuentro "bellísimo". Bellissimo, que diría un italiano. El texto me parece escrito perfectamente para mi monja #1 y para mí. Eso indica que es en realidad un texto "místico" al estilo del amor de Santa Teresa de Jesús. Amor de fraternidad, que será para siempre.

Es sin duda el momento de "Lady Dreams". Una insuperable manera de entrar este dúo con Don Bosco. Como pasara en el primer acto, el libretista hace toda una declaración de intenciones sobre su personaje, madre María Mazzarello.

¡¡Aplausos!! ¡Siempre más aplausos sin que el edificio esté en riesgo!! XD

Mientras Mazzerello y don Bosco dialogan recuerdo el musical que fuimos a ver a Zafra (Wonderland). ¡Quién diría que es la misma! Desde mi posición parece auténticamente una de estas monjitas de colegio de toda la vida, que caminan dando pasos cortitos y hablan con dulzura.


Otra vez me descubro totalmente metido en la obra. Cuando Don Bosco revela su idea de casas, oratorios y talleres para las niñas, nuevamente no puedo dejar de pensar en las tonterías que se dicen sobre la enseñanza pública y privada; en las injusticias de nuestro sistema educativo; en la falta de razón y de justicia (si quiera histórica) de los que critican y se oponen a la opción de la educación diferenciada. ¡Qué fácil es olvidar y ser desagradecidos!

Mazzarello tiene también su receta. "Paciencia, humildad y caridad". 

¡Otra vez, en definitiva, el AMOR!

[Lástima que el micrófono petardeara un poco en este primer tema de la madre superiora. En cuanto salió de escena nos abalanzamos sobre ella para arreglar el problemilla técnico. ¡Que esto les pasa también a los profesionales, ¿eh?!
Una muestra más de que somos un equipo y que estamos pendientes, pendientes...].

No creo que el musical sea pasteloso. De hecho creo que lo que sucede es que nuestra sociedad confunde el verdadero amor con las comedias románticas. ¡Amor es esto que estamos haciendo! Amor es poner el corazón en lo que hacemos, un estupendo consejo que dio la directora del coro a sus cantantes. ¿Será por eso que estamos disfrutando tanto?

- ¡Anda! Déjate de sentimentalismos y ponte a trabajar. ¡Corta y zurce!

Me cuentan que mi hija Amalia (4 años) se estaba quedando dormidita con esa voz tal suave de las monjitas cuando empezó a sonar el taller de costura.

Corta y zurce, corta y zurce, corta y zurciré 
 corta y zurce todo, todo, corta y zurciréééé ♫

Apenas la canción comenzó a sonar la pequeña Amalia dio un respingo en su butaca y se puso a cantar y a bailar. Es normal. Tiene una explicación. Esta es su canción favorita porque hace meses le grabé a Gema un CD con tres pistas: la selva (inicio del acto 2), los diálogos de las monjitas y el "Corta y zurce". Lo llevaba siempre en el coche... y claro, ¿ya habréis adivinado cuál de las tres opciones se convirtió en su preferida, no?
Desde entonces siempre que ponemos el CD con las canciones del Musical - ya completo - en el coche ella siempre pide la misma.


Los bailarines y las telas dan un gran colorido al espectáculo. Welldone!
Mi monjita sale corriendo a buscar la silla esa del cardenal que tenemos a medias.

No compartimos escena, cariño,... pero compartimos una silla medio rota. :D

Por momentos me temo que algo va mal, pero no. Es un descanso premeditado para dar tiempo a los jóvenes a ir corriendo a cambiarse. ¡Uf! ¡Son tantos detalles!

- Madre, pero esta silla está rota...
- Calla, calla, no digas eso. ¡Nos la ha regalado el Sr. Cardenal!

Risas. 
El público está pillando todas las conexiones del libreto. ¿De verdad no va a fallar nada esta noche?

El número del taller es muy costumbrista. No puedo evitar fijarme en el detalle de "la cara de la vergüenza" porque mi mujer le da un tono muy suyo. Otra fina ironía... ¡con la vergüenza que dice que le da actuar! XD 

Se me está pasando rapidísimo el segundo acto... y llega nuestra señal para estar preparados: la canción de "Rápido".

Realmente hay mucho por hacer. No nos podemos dormir en los laurales. La educación de los jóvenes es una tarea ingente.

Chicos pegando a chicas. No sé si se están pasando con el realismo.
Evoco pensamientos sobre charlas de educación afectiva y sexual - tan necesarias - sobre el problema de la "violencia de género", sobre la violencia de todo tipo. ¿Por qué los humanos somos así?


Pero no tengo mucho tiempo ahora. ¡Tengo que concentrarme! ¡Y rápido! Estamos terminando y enseguida entramos a escena con mi número más difícil: el de la polémica con el Sr. Cardenal. 
Sí... lo sé, poco a poco nos hemos ido distanciando y ahora únicamente falta escenificar la ruptura. ¿El bien y el mal están por encima de la obediencia? Si tu superior actuara de una forma irregular... ¿qué harías? ¿le denunciarías? [...]

Este papel desde luego te va como anillo al dedo...
- ¡No lo sabes tú bien!

El caso. Necesito concentración. Sé que voy a estar tranquilo hasta que lleguemos al punto clave:

- (Explota)  ¡Nadie! ¡Nadie intervino por mí! 
Si yo estoy aquí ahora, es por la voluntad de Dios y del Espíritu Santo! 
¡¡¿Está claro?!!

Fui yo el que insistí al Sr. Cardenal sobre el hecho de que debía enfadarse más. "Si el guión dice 'explota'... tiene que ser muy enfadado... ¡tú dale!". Y así hizo. Pero, como buen secretario, comprendí que le fastidiaba mucho sobreactuar así mientras yo permanezco serena e impasiblemente con la boca cerrada. 
Tanto que empezó a repetir, casi como una coletilla, en los ensayos: "¡Jo****! ¡Es que ni te inmutas! ¡Cualquier día te doy una colleja!".
Y he ahí mi problema... que cuando me acuerdo de 'la colleja imaginaria', me imagino que viene hacia mi posición y me la da de verdad, delante de mil personas, al estilo del dúo Sacapuntas. Y claro... ¡con esos pensamientos no se puede concentrar uno! 



Así que, mientras mi Cardenal explota sin que nadie lo sepa yo estoy pensando por dentro (cara muy seria):
"No te rías. ¡NO te rías!".

- Clarísimo...
¡Me lo paso genial! Y disfruto especialmente con la interpretación de Alfonso. Aunque no llegamos a ser un dúo cómico como Dios manda (él es mucho más simpático y gracioso que yo), la verdad es que estoy feliz de la complicidad que hemos logrado - prácticamente desde el principio, además.



Incluso le perdono que mande a Don Bosco de confesor a la cárcel. Al fin y al cabo, en el original ¡lo envían a un exorcismo!
Imagino que en nuestra adaptación no se quería que esto fuera para para mayores de 18.

El mal existe. Uno de los dos hijos curas de Amalia, que es tío mío, ha sido muchos años capellán en la cárcel. [...]
Cuando en el Padrenuestro decimos "líbranos del mal" los teólogos advierten que la segunda versión es "líbranos del Maligno", puesto que la palabra en arameo es la misma. 
¡Lo siento Juanjo! ¡Es que eres mu malo!

El Maligno es malo y mentiroso, y su lucha con Don Bosco es auténtica. ¡Y ese final, con el dedo señalando y la risa burlona! ¡Estremecedor!


Pero... ¡no queremos que esto sea demasiado lúgubre y oscuro por mucho tiempo!
El Cuadro y los sueños de don Bosco dan color y oxigenan mucho. JuanRa consigue hacer de pintor excéntrico...


Sabíamos que el musical era largo, ¡sí! Pero hoy se me hace corto... ¡van a quedar satisfechos!
Vamos terminando, pero todavía tenemos que hablarles del "futuro". ¿Hasta dónde llegará el movimiento de Don Bosco y de Madre Mazzarello?

Don Bosco no tiene límites. Sueña que todos van a la misa, incluso los  alejados. Sueña que tiene la culpa de todo el amor (otra vez el amor, como un eco permanente).
Fijaros con qué poca cosa es capaz de mandar potentes mensajes de evangelización. 

A estas alturas ya casi no nos sorprenden los aplausos, incluso si son para un tango. Pero sí que nos fijamos en las manos de la asistentes de lenguaje de signos. ¡Qué preciosidad cómo acompasan los movimientos de las manos a la música! ¡Flipa!

Otra vez las monjas, esta vez acompañando a Mazzarello, solo que ahora la monja #2 (Eva) está casada con un pintor en vez de con un párroco (¡algo mejor!). Entre esa falta leve y los mensajes sobre "El Alquimista" en el grupo de guasap de la compañía la tengo a medio procesar por brujería. :)

El descanso del salesiano está en el Paraíso.
- ¿Significa eso que esta obra no va a terminar nunca? Jejeje...

Sí... ya termina. Sólo falta un último guiño al esfuerzo, a no perder de vista la tarea... aunque esta sea ir a controlar a los gusanos. 
¿No es maravilloso que de unos gusanos  -bastante asquerosos - se obtenga la seda, uno de los tejidos más preciados?

- ♫ ¡Ay, juvenil, juvenil... ¿Qué será de ti cuando vayas por ahí?
Que es muy fácil olvidarse de rezar (al acostarse)
y sin la ayuda de María se hace cada tontería, que...♫

¡Chst! Esa no es una canción del musical.
Lo sé, lo sé... y estoy seguro de que me la van a perdonar.

En serio. Me preocupan estos jóvenes. Éstos y todos.
Los observo entre bambalinas y me pregunto qué experiencia de Dios tienen. A algun@s los he visto en misa... pero, ¿qué les mueve de veras? ¿cuál es su verdadera razón?
¿Son juventud cristiana?

- ¿Qué pasa... todavía no te fías de la educación de los salesianos o qué?

No, no es eso. Es que sé que llevamos un tesoro en vasijas de barro, y es el tesoro de la fe.
¡Quién pudiera ser como Don Bosco para ellos!
Tenemos la experiencia de los campamentos de verano con la parroquia de San Juan... Bautista... y MARÍA AUXiLiADORA (¿eh?). Bautista, Bosco... ¡qué más da!
Nos han hablado de las "pascuas" salesianas; y por lo que nos han dicho deben ser seguramente momentos de intensidad similar.
Caras a cara con Dios.

Si has llegado a leer hasta este punto es que estás realmente interesado en este relato. Y por mi parte ha llegado el momento de hacerte una confesión: mi verdadera historia con este proyecto no comienza en el casting de enero de 2014, sino en agosto de 2013, precisamente en uno de los campamentos a los que acabo de referirme.

Allí, en una de esas otras noches mágicas, sentado delante del Amigo, frente al sagrario, le preguntaba a Jesús qué más quería de mí. Estaba siendo un año especial, y me daba la sensación de que el Señor me pedía algo más: 
- "Toma mis manos. Haz con ellas lo que quieras. Hazme instrumento de tu Paz". 

Todavía ahora cuando recuerdo aquellos momentos siento un escalofrío por la espalda. ¿Tú crees en las casualidades? Yo no. Yo creo en las causalidades, y estoy convencido de que cuando le ofrecemos algo a Dios, él nos lo devuelve con creces. No quedamos nunca defraudados, porque Dios no se deja jamás vencer al amor. ¡¡Y qué feliz me siento de haberme ofrecido a hacer su voluntad!!

¡Ya sabemos que no siempre es así de estupenda la vida! Los educadores estamos permanentemente sembrando y en contadas ocasiones podemos ver el fruto de nuestros desvelos.
Lo mismo le pasó a Don Bosco, ¿verdad? El "Sua culpa" nos lo recuerda. 
Injusticias, incomprensiones, orgullos, vanidad... ¡incluso en nombre de Dios!

Me han puesto una musiquita del tipo "... el jurado... ha decidido... que debe abandonar la academia... ¡don Bosco!" XD
Nunca he sentido más satisfacción al arrugar un papel, os lo prometo. ¡Pobre don Bosco!, ¡pobre Papa!... ¡incluso pobre Cardenal!

Si es que este papel desde luego te va como anillo al dedo... asesor técnico docente...
- ¡No lo sabes tú bien! ¡Hasta límites insospechados!

Don Bosco entona por penúltima vez; canta pidiendo perdón pero desde la premisa del amor. El amor, sí ... otra vez el Amor en un beso.

Nada más salir de la trágica escena me voy al coro a ayudar un poquito con la canción del sudor y la mente. ¡Un canto a la esperanza, al futuro y al sí que se puede! ¡Esperanza, alegría, fe! ¡VIVA!

Me siento como la pieza de un gran puzzle; como el engranaje de un mecanismo de una gran máquina que esta noche ha funcionado a la perfección.
Mientras llegamos a cantar el "Aleluya" la Alegría va en aumento. ¡Ya casi hemos terminado! ¡Ahorra solo falta lo mejor!

Don Bosco emocionado pide Amor.
Mamá Margarita habla de lo mismo...

"Ahora ya sabes dónde está el amor".

¿Y yo? Yo siento que tengo dos nuevos 'amigos' en el cielo. Dos personas más a las que abrazar cuando llegue allá arriba, si Dios quiere.
Dicen que el roce hace el cariño. De los niños de Togo me estoy acordando poco, pero de toda esta gente que comparte este sueño y, especialmente, de Don Bosco, sí que he aprendido muchas cosas.

Don Bosco amó y sigue amando a los jóvenes. Este es el mensaje que me ha llegado. Este es su carisma.

Y fin. ¡Todo ha salido genial, objetivo cumplido! Pero aún falta celebrarlo. ¡¡Fiesta!!
Cuando Sandra del Sol empieza a cantar "La vida sigue creciendo" pienso en el único que me falta: en mi Adrián (es su compañero de clase). Espero que él también haya aprendido algo importante de todo esto... que la vida es para gastarla. ¡Y está deseando salir a escena como niño de la calle sustituto!

Entonces llegan los saludos. ¡Qué sensación! Me alegra tanto haberme ganado la simpatía del público, aún a sabiendas de que no he sido yo... sino el personaje del "secretario". Tengo que escribir a Renato Biagioli y Piero Castellacci para darles las gracias.


Es un momento único porque estamos todos. 

¿Todos?
Espera, espera...


♫ Seguid derrochando vida,
¡yo os esperaré en la gloria!
... ¡más arriba siempre hay sol! ♫

Sensaciones. El corazón en un puño.
¡Gracias, don Bosco! Mi nuevo amigo y maestro de maestros...

¿Todos?
¡Todavía faltan los que nadie ve!
Al fin y al cabo, sin ellos nada de esto hubiera sido posible.
¡Gracias! ¡Muchas gracias!

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Ahora quizá entiendas por qué necesitaba escribir todo esto. ¡Me he metido tanto en el papel! XD
No, en serio. La memoria es débil (la mía) y sé que dentro de poco empezaré a mezclar recuerdos. Parece un poco largo... pero es sólo una pequeñísima parte de todo lo que un solo corazón ha vivido en unas horas.

¿Te imaginas todo lo que hemos podido hacer sentir y vivir a tanta gente?
Lo vemos reflejado en sus sonrisas.

Entenderás también por qué puedo decir, literalmente, que tengo el corazón acribillado. 
Nos queda todavía un bonito camino por delante, no sin sudor y esfuerzos, pero lo vivido hasta aquí ya ha merecido la pena.

¡GRACIAS DE TODO CORAZÓN!
Su Secretario.