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11.10.13

La mujer que hizo rezar a Fernando Alonso.




Día triste para el mundo del automovilismo, del que tímidamente aún formamos parte los simracers. La noticia de la repentina muerte de María de Villota ha sentado como un jarro de agua fría. Su vitalidad, la lección que nos ha dado a todos, pensar que estaba toda contenta porque el lunes presentaba su libro del que hace poco mostraba la portada en su twitter... ¡lo presentaba este mismo lunes!

Me han sorprendido dos cosas. La primera, que los medios anuncien la muerte "por causa natural". ¡Qué demonios! No hay que ser médico ni adivino para darse cuenta de la relación causa-efecto. María ha perdido su vida a los mandos de un Fórmula 1, y de la manera más absurda posible. Incluso llegaron a acusarla de pisar el pedal equivocado... los mismos responsables del equipo Marussia F1 que tuvieron a bien situar la barrera del camión de transporte justo a la altura del casco de su piloto probador.
En fin... para mí está claro que su fallecimiento se debe a las secuelas de su terrible accidente y la pérdida de su ojo derecho. Una 'mártir' más en la lista de pilotos, solo que María no murió buscando los límites en el asfalto de un gran premio sino que se le concedió el milagro de haber sobrevivido a su accidente durante un año y medio.

Recuerdo que me sorprendieron mucho las declaraciones de María, el día siguiente al que presentamos los campeonatos oficiales con la RFEDA, y en la misma sala.  Me llamó la atención cómo testimoniaba los cambios que había producido en su vida sin victimismo y con una moral sorprendente: "Ahora veo mucho más", "Antes sólo veía la Fórmula 1"..."Cuando paseo por la calle la gente me dice que ha rezado mucho por mí. Se lo agradezco. Cuando volví un primo mío falleció y yo no. Dios ha jugado un papel importante en mi recuperación"... En aquellos momentos no sabía que fuera creyente, pero enseguida comprendí de dónde sacaba esa fuerza espiritual para afrontar su "nueva vida" con ilusión. Poco después le solicitamos presentar nuestro proyecto de simracing oficial en persona, aunque no pudo ser...

Hoy, año y medio después, no me sorprende tanto (aunque ciertamente es admirable) que su hermano haya dicho lo primero "Doy gracias a Dios por el año y medio que más que la dejó entre nosotros"; pero me he quedado a cuadros cuando han puesto en la radio las declaraciones de Fernando Alonso nada más quitarse el casco y conocer la noticia: "(...) Rezar por ella y por su familia".
¿Es este el Alonso que al llegar a Ferrari declaraba "no tengo ninguna relación con Dios"?

Puede que haya sido únicamente una forma de hablar, o de expresar de un modo políticamente correcto su pesar y condolencias, pero bajo mi punto de vista sí que debería ser importante para un piloto que se juega - literalmente- la vida, día sí y día no, el tener un sentido para la vida y para la muerte, más allá de la victoria o la derrota. María lo aprendió de un modo trágico. Senna lo asumió hasta sus últimas consecuencias. ¿Y estos pilotos generación PS3? ¿Están preparados para la victoria y para la derrota en sus vidas? ¿No se nota eso en la pista y en su trayectoria profesional?

Si me parecían interesantes las declaraciones y las actividades de María ahora estaré mucho más pendiente, especialmente de su libro "La vida es un regalo", que necesariamente se ha convertido en su testamento vital. Seguro que sus palabras iluminarán mucho, porque no me cabe duda de que quien se ha ido hoy al cielo ha sido un ángel al que se le concedió brillar fugazmente.

Todos corremos peligro de dar excesiva importancia a lo que no lo tiene. Es relativamente fácil que un piloto virtual 'viva' enganchado a todas horas a su simulador. La pregunta es ¿hacia dónde conduce eso? Hay que tener cuidado y asentar nuestro 'ser piloto' en lo que en realidad importa. Para María de Villota: "No sentirte nunca solo". ¿Y para ti?



Descansa en paz, María. Ya echaremos alguna carrerita en el cielo... si Dios quiere. ;)



9.10.13

Diálgo fe-razón con don Luis Gahona.

Tuve la suerte de poder participar en el XXIII encuentro de FRC en Salamanca hace unas semanas y me quedé con las ganas de comentarle algunas ideas sobre la magnífica charla que nos dio don Luis Gahona, sacerdote y estudiante de Física en Harward (entre su extenso curriculum). La organización me ha facilitado gentilmente su correo electrónico, así que me he atrevido a escribirle, pidiéndole que disculpe mis imprecisiones conceptuales, filosóficas o teológicas.

"En primer lugar, tengo que decir que la ponencia me encantó. Soy biólogo molecular (además de profesor de Música) y creo que consiguió hacer inteligible - no sin esfuerzo - la gran mayoría de los contenidos que expuso al "común de los mortales", con o sin formación en el ámbito científico.
Afortunadamente, mis humildes conocimientos (a los que se une mi afición por la ciencia ficción) me permitieron sacar gran jugo de su brillante y sintética exposición.

Dicho esto, hay algunos aspectos que me gustaría me pudiera matizar o aclarar. Intentaré ser breve para no robarle demasiado tiempo:

- Creo que hay dos 'puntos de giro', si me permite la expresión, en la sucesión de ideas que presentaba. El punto 15º (la filosofía explica la materia como materia formada) y el punto 16º (Racionalidad materializada).
Efectivamente, tal y como usted dijo, si ni la materia ni la energía (ni, por ende, las leyes dinámicas del universo que rigen sus interacciones) procedieran de una inteligencia creadora se daría la paradoja que "la materia se hubiera trascendido a sí misma, dando lugar a una inteligencia capaz de autoreconocerse como tal" (más o menos, ¿no?). Pero esto, en definitiva, hace referencia al diseño inteligente y al antiquísimo planteamiento filosófico del reloj sin relojero de Voltaire.

Quiero decir que los científicos autodenominados "racionalistas" no encontrarán dificultad alguna para refutar tal argumentación, y ciertamente creo que llevarían razón al afirmar que para explicar este gran misterio no es necesario 'inventar' otro Misterio aún más 'inverosímil' como es el de la existencia del Dios creador de los cristianos. Dirían que sencillamente aún no disponemos de la información necesaria y suficiente como para explicar el diseño 'aparentemente inteligente' del universo. De ahí a dar el salto a la filosofía o la teología, siendo estas disciplinas no científicas... hay un paso muy grande que no todos se atreven a dar, pienso que con razón.

Por supuesto, para nosotros, creyentes, sí que son argumentos apologéticos válidos, que aportan razonabilidad a nuestra fe. Es un diálogo fe->razón interesante, aunque probablemente estéril en el sentido razón->fe.

- Hay un punto fundamental que pasó (necesariamente) un poco por encima: el de la libertad del ser humano y el determinismo. Esta realidad experimentada por el hombre que llamamos "libertad" o "libre albedrío" me parece un nexo interesantísimo entre fe y razón. Dicho de otro modo, si conseguimos explicar bien las implicaciones de una cosmovisión racionalista y determinista podremos al menos mover al acercamiento entre posturas aparentemente muy enfrentadas. Veo en el "misterio" un gran punto de unión entre ambas. Si la realidad de lo creado, la organización del universo, la arquitectura aparentemente inteligente, etc. nos interpela a buscar lo trascendente, la falta de explicación plausible sobre la misma experiencia del hombre debe hacer enfrentarnos a la Verdad (o a la ausencia de toda verdad). Volveré sobre ello para cerrar mi planteamiento.

- Eché en falta alguna referencia a otro aspecto clave entre el diálogo fe-razón. Me refiero a que si el conocimiento científico se basa en la experimentación (más o menos controlada por el científico) la fe parte de la experiencia de fe (bajo cuyos efectos nos precipitamos de un modo individual y sin que sean en absoluto reproducibles).
Siguiendo el lema del encuentro, "El que lo vio, da testimonio", podríamos decir que la fe es una potencialidad que se experimenta y se comunica. La fe es algo propio y exclusivo del ser humano, pero aún así es muy fácil para un biólogo explicar cómo la teoría de la evolución garantizó a los homínidos con semejante carácter adquirido (fenotipo religioso) toda una serie de ventajas evolutivas sobre sus competidores...
¿Puede la ciencia explicar el 'sentimiento religioso' del ser humano? La respuesta es sí. Un sí rotundo.
Y, si la ciencia es capaz de explicar el hecho religioso que denominamos "fe"... ¿por qué no despreciarlo o eliminarlo, una vez superada la ventaja evolutiva? Serían argumentos fáciles de esgrimir desde el punto de vista ateo o agnóstico racionalista.
Al igual que la ciencia "explicaría" el amor en base a reacciones químicas y a la necesidad de reproducción de la especie (probablemente), podría "explicar" la aparente necesidad de fe en la naturaleza humana mediante la selección natural de genes gregarios que supusieron una ventaja evolutiva muy fuerte.

- Aterrizo definitivamente donde quiero llegar: la fe cristiana, según bellamente nos recordó D. Luis Fernando de Prada, tiene su centro en el corazón traspasado de Cristo en la cruz. La fe, como llama viva, parte de la experiencia histórica de un Dios real que se ha manifestado por pura voluntad salvífica. Un Dios que no está sujeto a las leyes 'de la razón científica'.

En definitiva, el mismo Dios se sirvió de la violación de las leyes naturales para manifestarse al hombre mediante la resurrección de la carne.
La cumbre de la revelación, siendo razonable, trasciende a la razón y a toda lógica humana.
"Verdaderamente este era el Hijo de Dios". Pero, ¿por qué? ¿Por qué Dios nos pide creer mediante un acto de fe testimonial? ¿Ha dejado abierta la vida del acceso a la divinidad únicamente mediante la razón?

- Finalmente, ¿acaso no ha tenido precisamente Dios que 'ocultarse' a los ojos del hombre bajo la apariencia de 'verdad científica' precisamente para respetar su libertad de creer o no creer?
Si no fuera posible una cosmovisión posible al margen de Dios, ¿dónde quedaría la libertad del científico para no creer?
Es decir, que si asombroso y maravilloso es el Universo creado, aún más inaudito es cómo el Creador ha deseado permanecer oculto bajo la apariencia de una singularidad, de cuatro fuerzas naturales, de leyes dinámicas, constantes universales, etc. etc.
Y todo por Amor, para respetar nuestra libertad."

A ver si me contesta, porque me haría mucha ilusión. Os tendré al tanto...