
¿Una simple moto?
Puede que sí... pero ¿qué es en realidad una moto?
La pregunta puede parecer peregrina pero, como casi siempre, si tiramos del hilo puede que nos sorprenda hasta dónde se puede llegar. Puede parecer una mala excusa pero verán:
En primer lugar, nuestra mentalidad occidental tiene una tendencia a la definición descriptiva: esto es una moto, que es un vehículo de dos ruedas, con motor de combustión... etc. Está bien. Pero llega un momento en que deja de ser interesante, aunque a veces no nos demos cuenta. Las descripciones suelen ser físicas, estéticas, funcionales, objetivas, teóricas.
¿Una simple moto?
Esta imagen la mandó mi hermano por correo electrónico con el asunto "Estoy enamorado". Se trata de una moto muy especial, una réplica de la Ducati de competición que llevan Capirossi y compañía en las carreras pero puesta en la calle. Sólo se van a construir unos cientos de unidades en todo el mundo. Yo no tengo los detalles, pero sin duda no es "una simple moto". Supongo que cada moto será especial por algo.
Con todo esto quiero añadir a la reflexión el grado de profundidad con el que solemos analizar el mundo que nos rodea. La realidad es tremendamente compleja y nosotros creemos que podemos simplificarla hasta límites increíbles a cambio de nuestra falta de conocimientos o de interés por los detalles.
El reconocimiento de la propia ignorancia y el interés por la profundidad espero que sean un común denominador de mis reflexiones compartidas.
¿Una moto qué es?
En mi familia siempre hemos sido moteros. No es casualidad que mi hermanito sienta amor por la máquina de más arriba. Las personas tenemos más sentimientos que razones. Mi padre escribió un libro durante su convalecencia de cáncer de pulmón; es para leerlo. Su pasión por las motos es la que hemos heredado nosotros. En uno de los momentos de su libro (y de su enfermedad), después de contar una salida con la moto y describir las sensaciones únicas que le hacía vivir, llegar a decir que "pienso en la nueva moto que me gusta, si quiero seguir viviendo es por comprármela. De locos".
Sin duda exageraba, ... ¿o no?. Esto que llamamos moto puede llegar a ser "el sentido de la vida" bajo determinadas condiciones en determinados momentos.
¿Hasta dónde se puede llegar?
Pues es, en definitiva, hacia donde quiero ir. Ocurre que si nos paramos a pensar casi cualquier cosa puede ser motivo de un hilo de preguntas interminable. Y al final -a mí me pasa- siempre despunta queriendo o sin querer la opción fundamental.
Allí donde se acaba lo descriptible, donde termina lo razonable... aparece la creencia, la fe. "¡¡Está loco!!"-dirán. "¿Qué tiene que ver una moto con la fe?".
Pues mucho. Si mi opción fundamental es la de ser creyente-cristiano-católico o si es cualquier otra las respuestas últimas cambian. Para un cristiano el motociclismo, como el resto de realidades, ha sido idea de Dios - permítanme la expresión. El hombre ha colaborado, claro está, pero de la misma manera que los mecanismos de la evolución en el caso de la vida. Una moto es como es porque los principios fundamentales de la física y de la "realidad" así lo determinan. Por ejemplo, el concepto de rueda que existe mucho antes que las ruedas mismas, o la longitudinalidad de su ser, que es provocada por el espacio en tres dimensiones.
Supongo que me explico. Si la luz va delante, "es por algo"; cuando estudié biología de la evolución nos contaron cómo los órganos sensoriales se agrupan en la parte delantera de los seres longitudinales y las vías de desecho lo hacen en las traseras... ¿ven?.
Si para tomar las curvas hay que inclinarse para contrarrestar gravedad e inercia, "es por algo"... y así podría seguir.
Y si soy cristiano tengo que pensar que todos los "por algo" tienen su origen en la mente de Dios. "Él ya lo había planteado así". Todo lo demás son consecuencias lógicas y colaboración del hombre con su creador.