A lo largo y ancho de la historia reciente de occidente, en especial desde el Siglo de la Luces, han corrido ríos de tinta a cerca de la relación entre la fe y la razón. En general, se entiende por razón o racionalismo a la búsqueda de la verdad mediante el pensamiento lógico a partir de realidades contingentes (hechos probados, asociados al método científico), mientras que la fe sería la aceptación de creencias o principios que no pueden ser demostrados ni refutados.
Al tratar el tema de la opción fundamental ya expuse mi postura sobre lo que considero que es un error de base: cualquier posición filosófica o forma de entender la realidad de la existencia se basa en unos principios básicos necesariamente tautológicos, por lo que el hombre no puede carecer de una "fe" (sea esta del tipo "sólo puedo dar crédito a la materia y la energía").
Pero el tema de este post va más allá: ¿son conciliables la fe y la razón?
Desde Galileo, Descartes, Hume o Darwin hasta Nietzsche, Einstein o la "
Fides et ratio" de Juan Pablo II las respuestas han sido diversas.
No sé el grado de originalidad de mi respuesta pero ahí va:
Fe y razón son perfectamente compatibles. Para que nuestra vida sea coherente, fe y razón deben ser necesariamente compatibles porque en caso contrario viviríamos en una paradoja permanente:
A.Necesitamos una serie de principios sobre los que construir nuestra identidad, nuestro pensamiento, nuestra sociedad, nuestra vida, pero puesto que ningún principio es demostrable mediante la razón (por definición) la FE es la que se encarga de asumirlos.
Por ejemplo, "yo existo y soy un ser único e irrepetible". Dormir y pensar que me levantaré mañana es una cuestión de fe. Creer que Dios existe es una cuestión de fe. Creer que Dios no existe es una cuestión de fe.
B. Nuestro pensamiento, la elaboración de ideas a partir de los principios, debe ser RACIONAL y regirse a su vez por una serie de principios lógicos que forman parte del conocimiento de la realidad.
Por ejemplo, "si Dios no existe Jesucristo fue un loco o un impostor". O "si todo es materia y energía los difuntos no siguen viviendo en un alma inmortal". O, al contrario, "si Jesucristo resucitó es que existe vida después de la muerte".
-Si nuestra fe fuera en contra de la razón, la razón demostraría que nuestra fe es falsa.
Si nuestra fe era falsa nuestros dogmas se derrumbaron y fueron sustituídos por otros, a la luz de la razón.
-Si la razón niega toda fe, no sería razonable asumir ningún principio (racional o no) arbitrariamente, por lo que ningún hecho podría ser probado o refutado por la razón.
Dicho de otro modo, si la fe y la razón fueran opuestas
Opción 1: no podríamos asumir principios sobre los que desarrollar el pensamiento crítico (el hombre no puede aspirar a comprender el universo que le rodea ni a él mismo).
O2 no podríamos determinar en modo alguno la verdad o falsedad de las distintas creencias (cualquier hipótesis es válida, puesto que no puede demostrarse ni refutarse).Parece que sólo existe una solución a esta paradoja: ni A ni B, ni razón ni fe.
Mi amigo okko me acusa de construir "en base a la necesidad de coherencia", cegado por el deseo de mi voluntad de dar una explicación a
mi fe y a
mi razón.
¿Es compatible mi fe con mi razón?
El caso es que mi respuesta cierra el círculo; es a lo que me he referido como "La paradoja de la paradoja".
Uno de los principios fundamentales de mi existencia es el de la libertad. Si todo es determinismo da igual qué creamos hacer o decir...
Pero Dios nos quiere libres. Sin duda es el atributo por excelencia del hombre.
Y es lógico que Dios nos quiera libres, porque ¿cómo podría crear el Dios-amor a seres capaces de amar si no fueran también capaces de no amar? ¿Qué opciones tendrían el hombre y la mujer si vivieran en la presencia de un Dios todopoderoso y encandilado?
Sólo Dios sabe por qué Dios nos ha querido crear libres.
Pero para ello ha necesitado ocultarse, volverse misterioso e innaccesible. Teológicamente, dado que el Dios cristiano es el bien supremo, pura bondad y misericordia,... fue el hombre (el
adam hebreo) el que puso en juego su libertad...
El caso es que Dios ha creado un sistema universal y coherente, el Universo tridimensional en que vivimos y lo ha dotado de materia=energía sometida a una leyes naturales. Una obra de ingeniería divina donde no falta un solo detalle.
Pensemos en cómo las partículas subatómicas conforman los distitntos átomos - tabla periódica - que confieren sus propiedades a las moléculas desde las estrellas y galaxias hasta las biomoléculas de los seres vivos. Pensemos en las leyes de la físico-química, en las leyes de la evolución, en las limitaciones actuales de la tecnología... en todo.Un sistema consolidado y aparentemente autónomo donde el hombre se halla sólo y realmente libre. Deja de estar sometido a la omniprencia del Creador.
¿Ha abandonado Dios al hombre a su suerte? No.
Aquí es donde entra la facultad del nuestra especie para el acto de fe. Sólo mediante la FE el hombre puede buscar a Dios.
Pero, ¿por qué iba a hacerlo? ¿Qué motivos tiene el hombre para creer? ¿Cómo podría manifestarse Dios respetando la libertad del hombre?
Violando deliberadamente las mismas leyes del sistema para demostrar que Dios está por encima de ellas, porque Él mismo las ha creado y las sostiene.
De esta manera dice, sin decir... deja al libre albedrío la voluntad de creer.
Crea una sinrazón para dar sentido a toda la razón.
Por eso dice San Pablo "Si Jesucristo no hubiera resucitado vana sería nuestra fe".
Y para que no existan dudas sobre la vulneración de las leyes físicas el hecho clave del cristianismo no es la curandería, ni el ilusionismo, sino el mismo eje de nuestra existencia: la muerte, la vida y la resurrección