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6.7.23

Otra manera de hacer política es posible

En mi anterior entrada os comentaba lo difícil que los políticos nos lo ponen para votar en ocasiones. Y también os dije que os hablaría de "don" Víctor Sánchez del Real.

Creo que nadie conocía a este hombre hasta que en 2019 saltó a la palestra mediática por algunos discursos elocuentes como miembro de VOX, casi todos en programas afines de TV como "El Gato al Agua". Hay que reconocer que Víctor es un gran comunicador (si no me equivoco su empresa estaba relacionada con ese campo) y que cuando llegó a Extremadura como candidato por Badajoz causó muy buena impresión entre la militancia y los miembros de la ejecutiva que estábamos por aquel entonces en el partido.


En definitiva: la primera impresión con este hombre fue muy, muy buena.
Pero yo tardé poco, como un mes, en conocer sus formas. Quedé con él para comer para comentar mis inquietudes sobre cómo se estaba afrontando el proceso de campaña (él ya sabíamos que sería el candidato nº1 al congreso por Badajoz) y, en general, la deriva de VOX tras el aterrizaje de ciertos paracaidistas del PP.
Me escuchó. Pero parece ser que ya había congraciado con Ángel Pelayo en los tres últimos meses, dándose la circunstancia de que sus respectivas mujeres eran amigas de toda la vida. Ciertamente, la única relación que parecía tener él con Mérida era que su mujer es emeritense - una buena excusa como cunero, la verdad.

Pero entonces fue cuando, como os conté, vino Abascal a darnos aquel mitin que me animó a hacer un escrito. "Hemos venido a servir a España, no a nosotros mismos". El borrador de aquel escrito, que nunca publiqué, lo compartí con gente de VOX en Badajoz que pensé que era de mi confianza... y hubo la filtración de modo que llegó a la cúpula antes de que pudiera enviarlo por canales oficiales.

Estamos hablando de abril de 2019. Por aquel entonces Víctor y VOX- Badajoz eran ya prácticamente lo mismo (y así ha sido durante años).

Pasaron apenas unas horas desde la filtración hasta que recibí una llamada telefónica de Víctor Sánchez del Real. Su tono fue totalmente diferente al que conocía: absolutamente amenazante, de matón de patio de colegio, con malas maneras y una prepotencia soberbia. Me dijo:
- Que no sabía lo que había hecho.
- Que cesaba inmediatamente de todos mis cargos.
- Que los datos personales que incluía en el escrito (básicamente las relaciones de parentesco entre los miembros de las listas electorales, supongo) se iban a denunciar.
- Que me olvidara de cualquier relación con VOX, que iba a pedir mi expulsión de la militancia.

A raíz de aquello fue que Ángel Pelayo actuó con sus directrices para, por ejemplo, no permitirme ser apoderado en las mesas de Mérida. O para que algún otro indeseable del partido pretendiera impedir que fuera a una comida en Badajoz, tratándome poco menos que como a un apestado.

Como podéis imaginar mi decepción fue muy, muy grande. En los días sucesivos hasta el final de la campaña intenté reiteradamente hablar con unos y otros, asumir que había cometido un error importante en las formas, pero también reivindicar mis derechos según los estatutos. Un personaje como este que en realidad no tenía ningún cargo orgánico en la provincia no podía unilateralmente aplicarme sanciones de ese tipo. Escribí al comité de garantías, que me respondió al cabo de meses diciendo que el caso se cerraba sin consecuencias. 

Pero para entonces ya se me habían cerrado todas las puertas. Gran parte de la gente de VOX que me conocía personalmente me apoyó y me animó a seguir en el partido. "El tiempo pone a cada uno en su sitio" y es verdad. Lo cual no significa que tengamos que dejarnos pisotear y tragar con todo.

Cuando solicité mi baja del partido me llamaron desde Madrid. Una voluntaria muy maja y súper amable. No le quise aburrir con mis historias pero le pedí que, por favor, apuntara allí el nombre de una persona: Víctor Sánchez del Real. 

Desde entonces, informado él de tal circunstancia, me bloqueó en Whatsapp. Había estado leyendo mis mensajes sin responderme durante casi un año.
Y mi única relación con él ha sido algún mensaje en Twitter y los medios de comunicación.

Me parecía que su modo de comportarse, tanto en redes sociales como en el congreso o en los medios, no era aceptable. Yo pensaba... ¿soy el único que ve que estos no son modos de hacer política? ¿Será que estoy condicionado por lo que me pasó? ¿Representa de verdad este hombre a VOX?

Una imagen vale más que mil palabras:




Finalmente, llegó la noticia bomba: para el 23J Víctor no irá en las listas. Ni en la de Badajoz ni en ninguna otra. No os voy a mentir: no sólo me alegré sino que quise ver una nueva esperanza.
Aquel documento de baja donde estaba escrito su nombre ya no tiene sentido. 

¿Es posible otro modo de hacer política?
- El tiempo pone a cada uno en su sitio.

Así que de cada a futuro me planteo...
¿Se puede hacer política siendo amable, poniendo el diálogo por encima de la soberbia? ¿El adversario político puede no ser un enemigo sino alguien que busca el bien común pero con quien discrepo?
¿Pueden VOX y el resto de partidos cambiar los discursos?

Veremos.






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