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27.10.19

Si yo fuera VOX...

Si yo fuera VOX haría ya tiempo que hubiera cambiado de estrategia. Porque entiendo que la popularidad del partido y el gran logro que supuso alcanzar el "circo mediático" se debió fundamentalmente a los grandes titulares, al recurso a un lenguaje duro sobre temas polémicos (inmigración, violencia de género, golpe catalán, memoria histórica, legítima defensa y aborto, básicamente). Tras Vistalegre y las Andaluzas VOX se posicionó - para bien o para mal - a base de sorprender a los partidos establecidos con ataques inesperados. Que si los "piji-progres", que si la "derechita cobarde" o la "veleta naranja". VOX inventó todo un lenguaje plagado de hashtags... y ¡funcionó! No es que fuera mi estilo, he de decir, pero hay que reconocer que sirvió a un interés legítimo como era el de dejar de ser excluidos arbitraria y sistemáticamente de la presencia en los medios de comunicación.


Sin embargo, a día de hoy la cuota de pantalla ya no parece un problema. Los micrófonos y las cámaras de TV aparecen enseguida que convoca Abascal, Smith, Monasterio o cualquiera de los líderes de primera fila. ¿Qué sentido tiene mantener el lenguaje duro, de enfrentamiento/contraste?


Si yo fuera VOX habría cambiado hace tiempo el modo de lanzar los mensajes a uno mucho más positivo. Basten un par de ejemplos explícitos: en lugar de hablar de la inmigración ilegal hablemos del modo de hacer eficiente y controlada la inmigración legal, tan necesaria y conveniente.  Hablemos de cómo transformar el odio en paz para Cataluña. Dejemos a Sánchez cumplir las últimas voluntades de Franco (reposar junto a su mujer) y propongamos una memoria histórica centrada en la Transición.


Si yo fuera VOX me centraría en defender los principios y valores que descuidó la clase política. Hablaría permanentemente de la necesidad de una regeneración política que parta de la honradez, la representatividad justa de los votantes, el contacto con los ciudadanos de a pie, el diálogo sincero y la búsqueda del bien común. Hablaría de la necesidad de respetar y conocer nuestros valores tradicionales. Hablaría sin tapujos de los valores cristianos (el amor el perdón, la paz, la fe y la esperanza), de la necesidad de conservar nuestra identidad, de los peligros de la cultura del relativismo moral en la que estamos sumergidos.


Si yo fuera VOX me preocuparía mucho por la rectitud de intención de las personas que ocupan puestos orgánicos y candidaturas. Fomentaría la participación de los afiliados en los procesos internos. Buscaría a los más capacitados y les hablaría del compromiso político como una responsabilidad moral de todos. Volvería una y otra vez a los manifiestos fundacionales para intentar que VOX no se convierta en una mala copia de los partidos tradicionales. En el mes de febrero se llevó a cabo una reforma de los estatutos para suprimir las primarias con la excusa de "evitar la llegada de paracaidistas" interesados. El resultado no ha podido ser - bajo mi punto de vista - más nefasto, imponiéndose una especie de nepotismo teledirigido sin mayor fundamento que el de la "confianza" y la jerarquía. Tal vez era mucho pedir que surgiera un partido de derechas - espacio abandonado hace tiempo - y que al mismo tiempo fuera puro y renovador.


Si yo fuera VOX recuperaría inmediatamente  la organización a nivel nacional de grupos de trabajo. Utilizaría las redes sociales no solo "ad extra" como lanzadera de memes o de mensajes más o menos virales sino también "ad intra" para motivar, concienciar y movilizar a los afiliados y simpatizantes, algunos de los cuales han empezado a huir despavoridos...


Si yo fuera VOX abogaría, en definitiva, por volver a los orígenes: a perseguir el sencillo objetivo de representar a esa parte de la sociedad cuyas ideas no estaban siendo defendidas por ningún partido político del arco parlamentario. Sin aspavientos, sin insultos, sin incidir en el contraste con el resto. Apostando por los valores de la familia, la vida, la identidad nacional del siglo XXI, la educación en libertad, la religión en libertad, la política en libertad. Sencillamente, VOX surgió como reacción al abandono del PP del espectro liberal-conservador. Y hay mucho terreno perdido por reconquistar, pero creo que ha llegado el momento en el que tan importantes son el fondo como las formas.


Si yo fuera VOX... pero lo cierto es que no soy VOX.  Y es verdad que puse muchas esperanzas en este partido, cuya trayectoria he seguido desde el momento de su fundación. Siendo simpatizante contacté en cuanto tuve conocimiento de que existía un "VOX Badajoz" y tengo que decir que me sorprendió lo bien recibido que fui. Eran otros tiempos (2015), en los que cualquier apoyo era bienvenido. En los que estar dispuesto a dar la cara por unas siglas desconocidas significaba una exposición pública más que otra cosa. Una vez afiliado tuve la suerte de participar en un grupo de trabajo a nivel nacional sobre educación, en la que se debatieron muchas e interesantes propuestas (en algún cajón permanecen guardadas, supongo). En 2019 he llegado a colaborar con una alta implicación personal, siendo vocal del Comité Ejecutivo Provincial y - por segunda vez - miembro de la candidatura al Congreso.  Escuchando a Santiago Abascal en Mérida me atreví a redactar un escrito con mi punto de vista personal sobre ciertos asuntos internos...

Nunca había participado en política y en la vida, dicen, "o se gana o se aprende". Yo he aprendido (?) por las malas a no levantar la voz más de cuenta.  Y eso que el comité de garantías acabó archivando el expediente sin más.


Ya puedo decir que sé lo que se siente al repartir flyers en la calle y recibir a partes iguales desprecios e improperios junto a muestras de afecto y apoyo.

Me gusta pensar que el tiempo pone a cada uno en su sitio (y si no lo hace ya lo hará el verdadero Jefe en la vida eterna). Y durante algunos meses he esperado que VOX fuera capaz de reconducir la situación y alcanzara una posición mucho más estable, más consolidada y más madura. Pero lo que veo es, por el contrario, una dinámica enrarecida y un ambiente en el que cada vez encuentro menos mi lugar.

Quizá sea que efectivamente, el tiempo me pone en mi sitio, y mi sitio ahora mismo no está en VOX.


Por todo ello, he decidido que voy a solicitar la baja como afiliado de VOX Badajoz. Volveré a ser un simpatizante más... y espero que los dirigentes, esas pocas personas que controlan y lideran el partido, sepan poner los medios y reflexionen acerca de qué clase de política están construyendo y quieren para VOX y para España.


Paz y bien.

Daniel Muñoz (Mérida).

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