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26.4.20

Lecciones del COVID: la parte que olvidamos.

Los seres humanos nos construimos a base de experiencias vitales. Algunas veces son fruto de nuestras elecciones, pero en otras ocasiones - la mayoría de ella, me atrevería a decir - nos vienen en mayor o menor medida impuestas por las circunstancias.
Este es el caso de la pandemia y su confinamiento. Y como de cualquier experiencia, por muy terrible que sea, somos capaces de extraer enseñanzas útiles, no iba a ser menos ahora.
Cada cual, lógicamente, obtendrá sus propias conclusiones y debería hacerlo por sí mismo, pero permitidme que comparta con vosotros alguna de las mías.

Tras mes y medio de encierro la lección más importante que he aprendido es esta: que con frecuencia olvidamos nuestra parte intangible o "espiritual". Y me explico.

Nuestra cultura occidental del siglo XXI está centrada en lo material. Le economía está basada en el consumo de bienes y servicios. Nuestro día a día lleno de objetos: la ropa que vestimos, los productos que utilizamos, los enseres, la comida y la bebida; el móvil, su cargador, el ordenador y su cargador, los auriculares y su cargador... etc. etc. ¡Solemos estar ocupados con tantas cosas!
Es cierto que la mayor parte de las veces son medios que nos ayudan, pero ¿para qué nos sirven? ¿Vivimos con la mente puesta en los fines o en los medios?

Hay un factor común: la fascinación tecnológica. Nada más codiciado que el último modelo de smartphone, el último gadget de Apple o invento de Google. A las nuevas generaciones nos apasiona, ¡a mí el primero!

Y, de repente, nos quedamos en casa "atrapados" frente a las pantallas, cansados de utilizarlas y olvidándonos de salir a comprar una tele 8K. Tenemos la sensación de que ahora mismo no es necesario. Pero entonces, ¿qué es lo fundamental?

Resulta que las cosas esenciales son muy pocas. Lo fundamental, una vez cubiertas las necesidades básicas, se encuentra en la parte que no vemos, la parte que nos hace humanos.

Esencial es levantarse por la mañana y tener un objetivo en la vida.
Esencial es encontrarse bien de salud, o cuidarse cuando estás enfermo.
Esencial es prestar atención a nuestro estado de ánimo y saber gestionarlo.
Esencial es amar y sentirse amado.

Es decir, lo fundamental está en el espíritu. Y la parte espiritual es gran olvidada, la que en nuestro día a día despreciamos.

Ese "espíritu", ese corazón que nos alimenta, esa parte que nos permite ponernos en contacto con Dios y con nuestros hermanos. 

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